Tras más de una década en manos de Puig , Perfumería Gal se encuentra inmersa en un proceso de fusión por absorción por parte de Antonio Puig. La operación no tendrá otras consecuencias que las meramentes fiscales.
Puig entró en el capital de Perfumería Gal a mediados de 1995 cuando, junto la familia Sáinz de Vicuña, propietaria del 88,55% del capital de la empresa, puso en marcha al 50% la sociedad instrumental Veritas, para hacerse cargo de esta participación. Esta maniobra evitaba que la estadounidense Colgate-Palmolive , propietario del 14,58% del capital de Gal pudiera incrementar su participación, adquirida a base de pequeñas adquisiciones en Bolsa, donde en aquel momento operaba la compañía. La operación confirmaba, además, un acuerdo tácito por el que la familia Sáinz de Vicuña posibilitaba a Puig hacerse con la mayoría de la compañía, lo que se convertiría en realidad en los primeros meses de 2001, cuando Puig completó su participación en Veritas, al adquirir a la familia Saínz de Vicuña su 50%. Perfumería Gal y Puig tenían en común, además, el considerarse empresas familiares en manos españolas .
La toma de esa participación mayoritaría en Gal culminaría apenas unos meses más tarde con la compra, por parte de Puig, de la participación que una Colgate Palmolive ya convencida de su incapacidad para hacerse con la compañía, y a falta, únicamente, de una participación testimonial que se repartía entre los pequeños accionistas que habían adquirido acciones en Bolsa.
Entre las principales marcas desarrolladas por Perfumería Gal, destacan 'Lavanda Inglesa', 'Añeja', 'Heno de Pravia', 'Para mi bebé', 'Ágata Ruiz de la Prada', 'Kopos de Avena' y 'Tito Bluni'.