La fabricante de granza de PET La Seda de Barcelona ha solicitado al Juzgado de lo Mercantil número 1 de Barcelona, tribunal que declaró hace unos meses el concurso de acreedores de la compañía, autorización para la venta de dos de sus plantas: la que tiene en El Prat de Llobregat (Barcelona) para la producción de granza de PET, y el centro de Tarragona, gestionado por Industrias Química Asociadas (IQA), que se dedica a la producción de óxido de etileno y glicol,
Desde antes del concurso, la compañía ya había planteado la venta de estas dos unidades productivas, al considerar que no eran fundamentales para su estrategia de negocio. En el caso de la planta de El Prat, de culminarse la desinversión, sería una operación especialmente significativa, ya que esta factoría fue el germen de su actual negocio de PET.
El centro fue construido en 1960 para la producción de poliéster, de donde en los años 90 saltaría al PET para en 1995 ser asumida su actividad por la nueva Catalana de Polimers, germen de la actual Artenius . Sobre IQA, la planta lleva con el cartel de “se vende” desde principios de 2010 y a punto estuvo de completarse una operación con el grupo inversor estadounidense American Industrial Acquisition Corp. (AIAC), una operación que se cerró en junio de ese año por 23 M€, pero que finalmente se desestimó en los meses de otoño.
Estas desinversiones no son las únicas que baraja la compañía, ya que el pasado año ya se especulaba con la posible venta de sus plantas de granza de PET (incluendo aquí las que tenía en ese momento en Turquía, Italia y Grecia, esta última ya cerrada) con objeto de centrarse en el área de la transformación, una negocio considerado como más rentable.