El 90% de los consumidores leen las etiquetas de los alimentos en el momento de la compra. El 65% afirman leerlas siempre y otro 25% dependiendo del producto (primera vez que se compra, producto novedoso, según tipología de alimento -lácteo, infantil, cárnico, producto preparado, etc.-). En los consumidores encuestados que indican que su alimentación está condicionada por algún factor (enfermedad, alergias, dieta, etc.), la etiqueta se lee en el 100% de los casos. Así se desprende de un estudio elaborado por Consumolab sobre la percepción que tiene el consumidor respecto al etiquetado de los alimentos.
El estudio indica además que la información en la que más se fijan los consumidores es la fecha de caducidad o consumo preferente, los ingredientes y la información nutricional. Entre lo que menos, el país de origen, el fabricante o los alérgenos. Sin embargo, esto cambia en el perfil de consumidores que señala que su alimentación está condicionada por algún factor. En este 14% de encuestados los alérgenos ocupan el cuarto puesto en su prioridad de lectura e información.
Consumolab, el centro de Ainia especializado en el estudio del comportamiento del comprador, ha querido realizar este informe coincidiendo con el Día Mundial del Consumidor, el próximo 15 de marzo. El estudio, además, tiene como objetivo identificar cómo percibe el consumidor los cambios acaecidos en el etiquetado de alimentos tras el comienzo de aplicación de la nueva normativa sobre etiquetado el pasado 13 de diciembre, y si valora el esfuerzo de transparencia e información realizado por el sector y las administraciones.
El estudio, realizado durante el mes de febrero a más de 2.500 consumidores de todo el ámbito nacional y de diversos segmentos de edad, concluye que el 39% afirma haber notado en los últimos meses el cambio de etiquetado, sobretodo, en el tipo de información y en la claridad con la que es presentada. Así el 34% de los consumidores que han notado cambios consideran que la información nutricional está más clara, mientras que el 32% opinan que leen mejor la información y el 31% que la información de ingredientes alérgenos está más destacada. Sin embargo, el otro 61% de los encuestados reconocen que no han percibido cambios en el etiquetado.
Según los consumidores encuestados, los productos que tienen en el etiquetado una información más clara son los lácteos (para el 28% de los encuestados), panadería, bollería y repostería (18%), así como zumos y mermeladas (18%). En cambio, las bebidas refrescantes (23%), los productos dietéticos (20%), la carne y pescado fresco (20%) son los que resultan más difíciles de entender.
Un 60% dice no poder leer bien la información. El 59% considera que la letra es muy pequeña, el 19% que la letras están muy juntas, mientras que para el 15% no se resalta el color de la letra.
El 82% de los consumidores afirman que sí saben lo que son los alérgenos y un 70% consideran que no están bien identificados en la etiqueta. Sin embargo, en el 86% de los consumidores encuestados es el elemento que menos se lee de la información contenida en la etiqueta.
Los ingredientes son el segundo elemento más leído de la etiqueta y un 38% de los consumidores encuestados reconoce que no entiende la lista de ingredientes.
Un 75% de los consumidores considera que el origen de los productos de alimentación no está claramente indicado en la etiqueta. Para el 27% de los consumidores, en productos como la carne y el pescado fresco la información sobre el país de origen debería estar claramente identificada.
En relación a la información nutricional, las calorías (13%), los azúcares (12%), las grasas saturadas (12%) y los hidratos de carbono (11%) son los elementos que los consumidores identifican más. La sal queda relegada a un 8%.
En cuanto al reconocimiento de los logos de alimentación que aparecen en el etiquetado, un 94% de los consumidores reconocen el logo "sin gluten" y un 87% reconoce el de "alimentos alérgenos". Un 24% de los consumidores no saben reconocer los logos de 'Punto Verde' y 'Producto Ecológico'.
Por ultimo, un 62% de los consumidores considera que el producto cumple la información que se indica en su etiquetado y ven satisfechas sus expectativas. Mientras, para un 38% no quedan satisfechas. Las cualidades/beneficios del producto (reclamos del tipo “rico en”, “bajo en” o “alto contenido en”) y los aspectos sensoriales son los principales aspectos a mejorar, en un 60 y un 38% respectivamente.