Las balanzas cumplen con su parte en el proceso de digitalización de la tienda física, caminando hacia la generalización de modelos como equipos con dos pantallas o mejoras de su conectividad.
La digitalización del punto de venta está transformando el papel de las balanzas comerciales, que en supermercados e hipermercados han ido pasando de ser una parte del mobiliario comercial sin apenas entidad a interactuar con el cliente. Cada vez es más habitual ver en la sala de venta -por ejemplo, en los supermercados Sánchez Romero adaptados a su nuevo formato ‘Prémium 360- modelos con doble pantalla, una del lado del comprador y otra del lado del vendedor, con capacidad para emitir mensajes que enganchen con el público de la tienda. En esta línea se mueven buena parte de las demandas de las cadenas distribuidoras y de los lanzamientos de las empresas fabricantes. Uno de ellos ha sido, por ejemplo, la línea ‘FreshWay’ de la multinacional estadounidense Mettler Toledo, una solución con aplicaciones de cartelería digital y pantalla de 12,1”, flexible y personalizable en lo relativo a la distribución de la tienda y al concepto de servicio y apta para integrar en el terminal de venta (‘checkout’). La empresa también ha presentado recientemente la línea ‘Base’, una balanza de mostrador para autoservicio, destinada tanto a supermercados como a comercios independientes, con pantalla de 7” y superficie antiadherente para que sea fácil quitar las etiquetas (“algo importante cuando las balanzas se usan para el autoservicio”, explica la empresa).
Los supermercados introducen cambios en los sistema de pesaje
La dualidad -o complementariedad, según se mire-autoservicio/‘checkout’ ha protagonizado uno de los movimientos del año con la decisión de Mercadona de cambiar el servicio en sus secciones de frutas y verduras y de panadería. La cadena valenciana, dentro de su nuevo modelo de tienda eficiente comenzado a implantar en 2017, ha dejado los equipos de autoservicio en los que hasta ahora el cliente se pesaba el mismo la compra solamente para cumplir una función informativa; el pesaje y etiquetado se realiza ahora en la caja de salida por parte de un empleado. El objetivo de este cambio, según la empresa, es reducir los hurtos y agilizar el recorrido de los clientes, ya que se entiende que los trabajadores de caja pueden hacer esa tarea más rápidamente.
No ha sido la única innovación relevante introducida por una cadena en su sistema de pesado. Con el objetivo de reducir el consumo de bolsas de plástico, uno de los temas de conversación de 2018 en el sector del comercio, Gadisa ha desarrollado un sistema informático que se carga en las balanzas para que sean capaces de ir acumulando los pesos y costes respectivos y, en el momento en el que se finaliza la compra, contar con una única etiqueta que se pega en una única bolsa. “Funciona en el 99% de nuestros establecimientos”, apuntan fuentes de la distribuidora. Con este proyecto, Gadisa se ha adelantado a una demanda recogida cada vez por más consumidores, la de reducir el uso de bolsas de plástico muy ligeras -las propias de la alimentación a granel- aunque no están sujetas a pago de momento (tienen un espesor inferior a 15 micras y se considera que son necesarias por motivos de higiene para actuar como envase de tipo primario para estos productos).
El sector crece a cuenta de las renovaciones y nuevos modelos
La ola de remodelaciones y nuevos conceptos comerciales que vive la distribución española está impulsando que se renueven equipos y se busquen nuevas formas de atención. Por ejemplo, la cadena asturiana Hijos de Luis Rodríguez ha apostado por Dibal para las balanzas de su nueva tienda emblemática inaugurada el año pasado en el C.C. ‘Intu’ de Asturias. En su caso, también han optado por los equipos con doble pantalla, para comunicar mensajes al cliente. Entre las novedades relevantes, cabe destacar una sección de alimentos preparados y otra de encurtidos, a granel, que hacen necesario el uso de más balanzas.
Otro ejemplo es el de la cadena madrileña Híper Usera, que no olvida estos equipos dentro de la actualización del modelo comercial que está llevando a cabo en varias de sus tiendas. El grupo ha elegido el modelo táctil con tecnología PC ‘K-Scale’ de Epelsa; la misma, en sus variantes de mostrador y colgante que ha escogido la cadena especializada en pollerías Sertina para algunas de sus últimas aperturas.
Nuevas incorporaciones para distribución alimentaria
El movimiento del sector ha sido un incentivo para que una empresa con larga trayectoria en el pesaje industrial, como la gerudense Giropès, haya decidido entrar en distribución organizada de alimentación. Hasta ahora, la empresa ha servido pedidos a tiendas independientes y especializadas, que, fundamentalmente, les demandan básculas básicas para la conexión al TPV y de mostrador; también cuenta entre sus clientes con nombres del sector de la alimentación, como Grup Gourmet, Noel Alimentaria, Pepsico e incluso las cadenas GM Food Ibérica y Covirán, pero para atender necesidades de tipo industrial. Giropès ha rediseñado por completo el catálogo de su marca ‘Baxtran’ “para dar múltiples soluciones de precio y funciones”, según explican desde la compañía. La empresa realizó recientemente un prelanzamiento para el canal especializado de dos modelos interconectables táctiles con función de vendedor flotante (los vendedores atienden a un mismo cliente por distintas balanzas, cerrando la transacción en cualquiera de ellas). Una de ellas, la S70, cuenta con doble pantalla, mientras que la segunda, la M80, dispone de lector de código de barras e impresora de ticket. Asimismo, en octubre se presentó el modelo de mostrador STI, con o sin columna, para pequeños y medianos establecimientos.
Ideas a futuro para el desarrollo del sector
Sin prisa pero sin pausa, las balanzas también están cumpliendo con su parte en el proceso de digitalización del punto de venta. Así, los especialistas consultados para este informe apuntan que el sector caminará hacia el desarrollo de una tendencia ya consolidada, como las balanzas táctiles, y otras como las mejoras en conectividad con el lineal, publicidad y agilidad de las interfaces. “También se tiende a equipos modulares, con el auge de los frescos se hacen equipos autónomos en pedestal, pantallas colgadas en pared”, apuntan fuentes de Mettler Toledo, que también apuestan por la variante del diseño, con equipos más elegantes, especialmente para secciones como panadería y pastelería.