Pérdidas anuales de más de 10 M
La otra gran baza de los nuevos carros es el supuesto menor hurto del que son objeto, ya que el plástico no tiene el mismo aprovechamiento que el hierro. Este asunto no es menor, ya que se estima que el robo de carros en España alcanza las 150.000 unidades anuales, lo que equivaldría a una pérdida de alrededor de más de 10 M€. Igualmente, el carro de plástico tiene una mayor compatibilidad con los sistemas antihurto por radiofrecuencia, presentes en prácticamente el 90% de la distribución alimentaria. Este hecho cobrará importancia en los próximos años, si se estandariza el autoescaneado y autopago de los productos sin necesidad de sacarlos del carro. En lo que respecta a la imagen de las tiendas, según las fuentes consultadas, los clientes perciben el cambio hacia el carro de plástico como un síntoma de modernidad, en un elemento claramente visible en el punto de venta.
En cualquier caso, no todo son ventajas. El carro de plástico es sensiblemente más caro que el de varilla. Concretamente, el precio medio de los primeros es de aproximadamente unos 120 €, frente a los 70 € de los tradicionales. No obstante, según los fabricantes, el menor hurto y la mayor vida útil compensan con creces el incremento de la inversión. En los “contras” del plástico, también figura la limpieza, ya que estos carros precisan de un “saneamiento” cada dos o tres meses, frente a los escasos cuidados requeridos por los de hierro. En este sentido, ya hay empresas como la madrileña Cart Technology que trabajan en el desarrollo de túneles de lavado específicos para carros.
En realidad, los carros de plástico iniciaron una primera aproximación hacia la distribución alimentaria hace unos diez años, pero no consiguieron implantarse con éxito. Muchas cadenas, tras las primeras pruebas, acabaron por desestimar su uso. Desajustes entre el chasis y la cesta, la retención de agua en días lluviosos y el consiguiente problema de charcos en las tiendas y, sobre todo, el precio, provocaron la vuelta y la supervivencia del tradicional carro de varilla. Años más tarde, en lo que respecta a las grandes cadenas, Alcampo volvió a intentarlo tímidamente: el grupo francés introdujo a modo de prueba el carro de plástico en uno de sus hipermercados en 2007, en otro en 2008 y en un tercero en 2009.