Alimarket: El pasado mes de agosto Hortiespaña fue reconocida oficialmente como Organización Interprofesional Agroalimentaria. ¿Cuáles son sus objetivos?

Francisco Góngora: Hortiespaña nace para defender a la horticultura española bajo invernadero, para poder afrontar el futuro con una posición de fortaleza, basada en la unión y representatividad de la mayor parte del sector, y para dar respuesta a todas las iniciativas que surjan en su seno en lo relativo a promoción, imagen, estándares de calidad, trazabilidad, control biológico, sostenibilidad medioambiental, inclusión social y beneficios de salud para los consumidores. Uno de nuestros primeros objetivos es en materia de promoción, ya que queremos desmontar los falsos tópicos que existen respecto a los cultivos de invernadero y ponerlos en valor, mostrando las principales características de un modelo totalmente sostenible. Otra de las primeras medidas ha de ser la de expandir nuestro proyecto a otras asociaciones, darlo a conocer, contactar e invitar a participar en él a todos aquellos candidatos que compartan nuestros problemas e inquietudes. Y por supuesto, lograr un marco legal europeo para poder constituir una Organización Interprofesional Agroalimentaria Europea. En este sentido, hemos mantenido una reunión con la vicepresidenta de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural y eurodiputados socialistas del Parlamento Europeo, en la que le trasladamos la necesidad de buscar un marco legislativo comunitario para poder constituir una Organización Interprofesional Agroalimentaria. En los próximos meses nos reuniremos otra vez en Bruselas para seguir avanzando en este tema.

A.: Hortiespaña se constituye como entidad para el consenso y la negociación para así mejorar los intereses de la horticultura española bajo invernadero, sin embargo, la organización nace con polémica y con voces discordantes. ¿Cuál es el motivo del conflicto y cuál es el camino para tender puentes?

F.G.: No pretendemos enfrentarnos ni someter a nadie, nuestra única pretensión es apostar por el desarrollo de los cultivos de invernadero. Desde la génesis de Hortiespaña hemos mantenido contacto con todas las asociaciones para presentarles el proyecto. Entendemos que puedan existir diferencias, pero para eso está esta organización, para unir a todo el sector español que tiene unos objetivos comunes y desde dentro poder mejorar. Las puertas de la Interprofesional siempre han estado abiertas y quien quiera participar será bienvenido.

A.: En cuanto a la horticultura española, ¿cuáles son los temas más urgentes a tratar?

F.G.: Son varios los temas en los que queremos trabajar. Desde Hortiespaña hemos insistido en estos últimos meses en que hay que asegurar uno de los elementos imprescindibles para nuestras explotaciones y del que no podemos carecer, como es el agua de calidad. Hay que asegurar el suministro de agua de calidad a todos los agricultores. Estamos rodeados de agua y deberíamos ser capaces de aplicar las tecnologías que ya existen para desalar y, de esta forma, preservar los recursos naturales de cara al futuro. Las administraciones deben tomar medidas ya en materia de agua. El gasóleo agrícola está subvencionado, sin embargo, lo usan solo algunos agricultores. Quizás se debería pensar en hacer algo comparable con el agua desalada para tener unos precios más accesibles, y subvencionar el consumo de energía eléctrica con destino a la desalación.

A.: A nivel de comercialización, muchas son las voces que hablan de la necesidad de establecer precios mínimos para garantizar la rentabilidad de la industria agraria en nuestro país. A su juicio, ¿cuál es la postura de la distribución y cómo se está negociando esto?

F.G.: Está claro que estamos asistiendo a una pérdida de rentabilidad que se repite campaña tras campaña y que ya no se trata de una crisis coyuntural, sino de una carencia estructural y generalizada. Abogamos por un reequilibrio de la cadena de valor que debe basarse en la aplicación de normas comunitarias a todos los operadores, evitando así el excesivo control que ejercen las grandes cadenas minoristas. Se deben buscar herramientas que eviten la venta a pérdidas para que el sector siga siendo rentable.

A.: Precisamente la distribución habla de su cambio de estrategia y posicionamiento en cuanto a la gestión de sus secciones de frutas y hortalizas, apostando por el producto de kilómetro cero, producto de temporada, diversificación, etc. ¿Cómo se valoran estos cambios desde el punto de vista del productor?

F.G.: Los productores constantemente se están renovando y readaptando a todas aquellas demandas de la distribución y del cliente final. Esto está en el propio adn de nuestros horticultores. Cualquier cambio que sea para mejorar y lograr fidelizar a los clientes será bienvenido. Lo que ocurre es que las cadenas minoristas, cada vez más, están abaratando los productos y estrechando el margen al productor, pero luego eso no se traduce en un menor precio en el lineal para el consumidor.

A.: El sector de las frutas y hortalizas se ha convertido en un motor para la economía española en estos últimos años, no solo a nivel productivo, sino también en la venta en el exterior. ¿Cuál es el papel de España en el escenario internacional y qué se podría hacer para seguir creciendo y mejorando?

F.G.: Nuestro país es punta de lanza a nivel mundial por su producción, la más segura y respetuosa con el medio ambiente, y un punto de referencia en el que fijarse debido a su tecnificación y a las técnicas de control biológico empleadas en los cultivos. Somos el lugar del mundo donde más se emplean los insectos auxiliares como método para controlar las plagas sin necesidad de usar productos químicos. Lo que debemos hacer para seguir creciendo es no descuidar nada, seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora, buscando siempre la máxima calidad, el cuidado al medio ambiente y a las personas.

A.: Por último, ¿cuáles son los grandes retos del sector?

F.G.: Retos hay muchos porque somos un sector en constante evolución y cada día van surgiendo nuevos desafíos que tenemos que afrontar. Podemos enumerar algunos como la concentración de la oferta, el transporte, el agua y la energía, la búsqueda de nuevos mercados, la promoción y mejora de nuestra imagen en los mercados de destino, la mejora de los canales de comercialización y de la cadena de valor para lograr una remuneración justa para los productores…, entre otros.