La Comisión Europea, a través de la Dirección de Agricultura y Desarrollo Rural en colaboración con el Joint Research Centre, han publicado el pasado 18 de diciembre sus proyecciones anuales sobre evolución de la agricultura europea. En estas proyecciones, que en esta ocasión se plantean hasta el 2030, se incluye por segundo año consecutivo el vino, junto con el aceite de oliva y las frutas y hortalizas. Por segundo año consecutivo también, el OeMv ha colaborado con la Comisión en la realización de la parte correspondiente al vino, como principal experto europeo en la materia.
En el informe y en la parte correspondiente al vino, además de analizar brevemente la situación actual del sector, se plantean las siguientes hipótesis que pueden condicionar la evolución de nuestro producto:
1. Desde la perspectiva de la demanda: Mantenimiento de un suave descenso del consumo per cápita en Europa, pese a los síntomas de cierta recuperación en algunos países hasta una media de 25 l por persona y año en 2030 que, unidos a un pequeño aumento de la población, pueden suponer una gran estabilidad en el consumo interno; caída algo mayor de los “otros usos” nacionales, incluyendo destilaciones y producción de vinagre y vermut; aumento de las exportaciones europeas a países terceros (1,7% anual) hasta alcanzar los 27 M hl, lideradas por una mayor demanda de vinos embotellados tanto tranquilos como espumosos, que llegarán a representar el 71% y el 13% respectivamente del total de las exportaciones en 2030, frente al descenso relativo del vino a granel que pasara del 17% al 13% en este periodo.
2. Por el lado de la oferta, se espera que se mantenga la reducción paulatina del viñedo en Europa pero a un ritmo menor que en el pasado (‐0,7% anual hasta el 2030 frente al ‐1% de los años anteriores), por arranque importante de viñedo no compensado por las nuevas plantaciones, que se realizarán mayoritariamente bajo la protección de alguna indicación geográfica. Sobre esta menor superficie de viñedo, sin embargo, se esperan mayores rendimientos medios (a ritmo del 0,5% anual hasta los 57,6 hl/ha en 2030) con mayor concentración de producciones en zonas mas productivas y pese a las limitaciones de rendimientos en indicaciones geográficas. Pero el aumento de rendimiento no se cree que pueda compensar suficientemente la perdida de viñedo por lo que se prevé que la producción global europea mantenga su ligera caída del 0,2% de media anual (más suave que la del período 2005‐15 que fue del ‐0,5%). Las importaciones se espera que crezcan más ligeramente que las exportacio nes (0,8% anual) y que en ellas cobren mayor protagonismo las realizadas a granel, que podrían alcanzar el 70% del total frente al 63% actual.
Con estas hipótesis, se confía en que el sector se mantenga en equilibrio a lo largo de los próximos años, sin una variación significativa de stocks. Por supuesto, desde los propios servicios de la Comisión se considera que proyecciones a tan largo plazo no dejan de ser un ejercicio teórico que difícilmente se cumplirá tal y como ha sido previsto, pero sirven para poner encima de la mesa las principales tendencias posibles a nivel mundial, compararlas con las tendencias del pasado y anticipar posibles desequilibrios y, en su caso, actuaciones que los puedan corregir.
