Según ha publicado Economía Digital, el fondo estadounidense Carlyle, que controla el 68% del grupo vitivinícola Codorníu, ha refinanciado la deuda de la compañía española, principalmente acudiendo a la banca extranjera.
La adquisición del grupo se ejecutó por valor de 300 M€, más la deuda. A cierre de 2017, la deuda bancaria de Codorníu se cifraba en 82 M€, el 35% a corto plazo, con vencimiento el próximo junio de 2019, y el resto a largo plazo. Los principales tenedores del pasivo de la compañía eran Banco Santander, BBVA, Bankia, Caixabank y Sabadell, pero según ha publicado Economía Digital, sólo los dos primeros se mantienen, mientras que el resto de la deuda ha quedado en manos de bancos internacionales. Además de refinanciar la deuda a corto plazo, se habría reestructurado el resto de la deuda, aprovechando los bajos tipos de interés.
Al mando de Codorníu se encuentra, desde hace apenas unos días, Ramón Raventós Basagoiti, hasta ahora CEO de Gleva Estates -grupo de siete bodegas que será fusionado con Codorníu antes de que termine el año-.