Las Plataformas Tecnológicas Europeas surgieron como instrumentos de cooperación entre los diferentes actores de un sector para así definir -de manera conjunta, aunque liderados por la parte empresarial- los objetivos de I+D tecnológico a medio y largo plazo. Se creaba de este modo una herramienta muy útil para abordar problemas estratégicos en los que competitividad y sostenibilidad dependieran de avances técnicos decisivos. Y al mismo tiempo, se dotaba de una sólida estructura al sistema Ciencia-Tecnología-Empresa.

En la actualidad, la Red de Plataformas Tecnológicas Españolas agrupa a más de medio centenar de entidades. Su misión es establecer rutas estratégicas en I+D+i, pero también lo es movilizar la financiación pública y privada para el desarrollo de proyectos y, de forma especial, concentrar esfuerzos, reducir la fragmentación y facilitar el acceso de las pequeñas y medianas empresas a la investigación, el desarrollo y la innovación.

La Plataforma Tecnológica del Vino (PTV) nació a instancias del Grupo Rioja -con el apoyo de las principales asociaciones empresariales del sector y también de destacados organismos públicos de investigación- y gracias al impulso del entonces Ministerio de Ciencia e Innovación, que decidió financiarla durante el trienio 2010-2012 a través del Programa 'Innfluye'. En Julio de 2011 se celebró el acto de constitución de la PTV, en el que se aprobó una estructura formada por una Asamblea General de Socios, un Consejo Rector, un Comité Asesor, un Comité de Representantes, un Grupo de Trabajo Estable y los Grupos de Trabajo Dinámicos, todos ellos coordinados por una Secretaría Técnica. El número actual de socios de la PTV es de 384, repartidos entre miembros activos, consultivos o adheridos. Todos tienen voz y voto, pero solo los primeros forman parte de los Grupos de Trabajo.

El Grupo de Trabajo Estable es el órgano de reflexión de la Plataforma. Está constituido por representantes de diversas empresas y centros de investigación y sus principales cometidos son el diagnóstico global de la situación del sector y la elaboración de la Agenda Estratégica sectorial. Por su parte, los Grupos de Trabajo Dinámicos (cuyo carácter es temporal y que pueden constituirse por iniciativa de cualquier socio) tienen como objetivo aportar soluciones tecnológicas concretas a una necesidad puntual, a través de proyectos a corto plazo.

El núcleo de la I+D+i del sector del vino español va a ser la Agenda Estratégica de Innovación 2012-2020, que recogerá las líneas y objetivos prioritarios para este sector, y en la que deben concretarse las acciones necesarias que favorezcan su implementación. Los trabajos para su elaboración avanzan a buen ritmo, y se encuentran actualmente, tras una etapa de diagnóstico, comenzando la fase de debate y validación, en la que se abordará la definición de los objetivos específicos de cada una de las diferentes subáreas en que se divide. En la Asamblea General de Socios que se celebrará en Otoño de 2012, se presentará y aprobará la Agenda Estratégica de Innovación del sector vitivinícola español, para proceder después a su difusión a todas las partes interesadas y a la puesta en marcha de los proyectos estratégicos.

Además, a día de hoy la PTV ha participado activamente en el diseño y la implementación de 4 proyectos de I+D+i liderados por 11 bodegas, lo que supone un 18% de las operaciones previstas por la institución en el periodo 2011-2013. Para su realización se ha movilizado un presupuesto de 6,4 M€, es decir, un tercio de los casi 20 M de inversión contemplados para el citado trienio. Así mismo, la Plataforma ha firmado sendos acuerdos con la Federación Española del Vino (FEV) y con las Cooperativas Agroalimentarias de España, ambos destinados a la coordinación de esfuerzos de cara al fomento de la investigación y la innovación en el sector vitivinícola español.

La Plataforma Tecnológica del Vino alcanza así velocidad de crucero. A partir de ahora, el sector del vino en España cuenta con una potente herramienta que permite a las bodegas, sea cual sea su tamaño, participar activamente en proyectos de investigación, desarrollo e innovación; compartir debates, experiencias y resultados; colaborar con grupos de investigación punteros; concentrar esfuerzos, evitar duplicidades, y acceder a numerosas fuentes de financiación pública y privada.