La familia Cachero encabeza la única oferta de compra oficial sobre la unidad productiva de la pontevedresa Conservas Iglesias, en liquidación desde el pasado mes de diciembre, para lo cual ha desembolsado ya una señal de unos 50.000 €, tal y como indica El Faro de Vigo.
La familia Cachero, con el empresario asturiano Rodolfo Cachero al frente -vinculado principalmente al sector minero y que ha sido recientemente condenado por fraudes en sus declaraciones de IVA e IRPF-, ha presentado esta oferta a través de la sociedad Conservas Rias Baixas 1907, cuya administración recae sobre su hijo, Hugo Jaime Cachero Solis, y que fue puesta en marcha el pasado 15 de marzo, con sede social en la dirección de la planta de Conservas Iglesias en Moaña.
Según el escrito presentado ante el Juzgado nº2 de Pontevedra, la intención de Conservas Rias Baixas 1907 es hacerse con la unidad productiva de Conservas Iglesias, principalmente, la propiedad industrial (marcas -‘Iglesias’, ‘Portonovo’, ‘Delsol’ y ‘Areamilla’-, fondo de comercio y aplicaciones informáticas), la nave-almacén de Porriño (Pontevedra) y las instalaciones productivas de Moaña, en la misma provincia, así como las existencias de materias primas y productos terminados que hubiera en el momento de la transmisión. Todos estos activos han sido valorados en la oferta presentada en unos 500.000 €, de los cuales, habría que descontar los 50.000 € ya depositados.
A esta cifra es preciso sumar el compromiso por parte de los compradores de la asunción del pago de la deuda concursal de Conservas Iglesias con la tesorería de la Seguridad Social, cifrada en algo más de 144.000 €, así como la intención de subrogar a la nueva sociedad todos los puestos de trabajo (75 en la actualidad) e incluso incrementar en un 10% el nivel de empleo durante el primera año de actividad.
Además, la nueva Conservas Rias Baixas 1907 pretende impulsar la actividad industrial de Conservas Iglesias, que sigue en estos momentos activa, aunque a un menor ritmo del habitual, con la incorporación de nuevos puestos de trabajo, optimización de la capacidad productiva actual y el incremento de su presencia en el exterior, para lo cual, la sociedad no descarta en su escrito presentado la necesidad de realizar aportaciones económicas extra al negocio, que estarían cifradas en unos 2,5 M€.
Como se recordará, Conservas Iglesias presentó concurso de acreedores en junio de 2017 y el inicio de la liquidación a finales de ese mismo ejercicio, resultado de las deudas acumuladas por la compañía tras la compra de la conservera Cruz Perez Hermanos y el posterior acondicionamiento de las instalaciones que ésta operaba en Moaña, a las que Iglesias trasladó su actividad. A esto se unió la falta de circulante que viene presentando la compañía desde que en 2016 se viera involucrada en una trama de falsificación de facturas para cobrar el IVA que operó en Pontevedra entre 2013 y 2014.
Esto provocó un cambio en la dirección de la sociedad, que ha venido estando gestionada por el empresario Julio Rivas desde entonces, siendo su actividad menor de la habitual. Aún así, según divesas fuentes consultadas, la compañía logró cerrar con beneficios el ejercicio 2017.