El uso de insectos como fuente de proteína alternativa representa una “solución mundial” ante la escasez de alimentos, con una incidencia inicial en el ámbito de la alimentación animal y, posteriormente, en el consumo humano, en un contexto en el que se estima que la demanda crecerá en un 50% a mediados de siglo y llegará a los 60 Mt de proteína en el año 2030. Así lo destacaban ayer varios expertos presentes en la primera edición del congreso 'Tech4Good' sobre innovación alimentaria, organizado por el centro tecnológico Eurecat, donde el cofundador de Nutrinsect, Josep Vidal, ha pronosticado que el uso de insectos como fuente de alimentación tendrá "un crecimiento exponencial en los próximos años". Vidal, que investiga cómo obtener harinas ricas en proteínas procedentes de insectos, admite que hará falta más tiempo para "salvar la barrera cultural en algunas zonas", especialmente en occidente, pero ve los insectos como una fuente "natural y sostenible" para paliar "uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad".
Por su lado, el director científico de Eurecat, Lluís Arola, explica que el problema de escasez de alimentos tiene "un magnitud que sobrepasa las reticencias que pueda haber ante las nuevas fuentes de proteína". El experto insiste en que "es necesario aumentar la proteína disponible" y cree que el cambio es una cuestión de tiempo. "Quizá nosotros no comeremos insectos, pero el ganado lo acabará haciendo", pronostica. En el mismo sentido se expresa el fisiólogo Mark Post, creador de la primera hamburguesa artificial a partir de células madre en 2013, quien cree que la carne de laboratorio permitirá que, durante la próxima década podamos "continuar comiendo carne" sin el efecto pernicioso de los gases contaminantes que actualmente se generan con su producción. El experto cree que antes de cinco años "podremos comprar una hamburguesa artificial per unos diez euros", un precio que "bajará en cuestión de poco tiempo".
Por su parte, Daniel Ramón, vicepresidente de I+D en nutrición humana y salud de la empresa Biopolis-ADM de investigación nutricional, ha alertado que "el sistema agroalimentario colapsará en pocas décadas si no somos capaces de utilizar todas las agriculturas posibles", y avisa que "hace falta más divulgación científica y debates sobre la agricultura que queremos aplicar". En este sentido, el experto afirma que no se puede prescindir de ninguna de ellas "por motivos ideológicos" y pronostica que en los próximos años la población estará "más concienciada sobre cómo usar una dieta equilibrada".
El director científico del Área de Biotecnología de Eurecat, Francesc Puiggròs, que ha presentado las ponencias del acto, destaca que tecnologías como la nutrigenética o la alimentación personalizada permitirán una "selección alimentaria en clave individual" en pocos años, con alimentos "adaptados a las necesidades de cada consumidor" que permitirán escoger la opción más saludable para cada perfil genético. Por lo que se refiere al acceso alternativo de proteínas, como los insectos o la carne de laboratorio, Puiggròs apunta que hace falta "pedagogía de voces científicas autorizadas y de manera consensuada" para explicar sus beneficios y "eliminar falsos mitos".