Se está prestando mucha atención al veganismo en el desarrollo de nuevos productos en todas las categorías de alimentos y bebidas, por su atractivo tanto para los veganos como para aquellos que, de forma ocasional, deciden evitar la carne y los productos lácteos por motivos éticos o de salud. En Europa, el 48% de los consumidores italianos y el 40% de los españoles y franceses están reduciendo o evitando el consumo de carnes rojas. El creciente interés de los consumidores en las dietas vegetales plantea nuevas oportunidades para reforzar las gamas de productos: la introducción de proteínas de origen vegetal y alternativas a la carne está permitiendo a las marcas y fabricantes aprovechar el creciente interés por los alimentos hiperproteicos, mientras que la experimentación con una amplia gama de frutas y verduras contribuye a llevar variedad, color y nuevos sabores exóticos a la categoría. De cara al futuro, existe la posibilidad de impulsar el desarrollo de alimentos vegetarianos y veganos pensados para picar entre horas o consumir en desayunos y meriendas, y satisfacer las necesidades de los consumidores que andan siempre escasos de tiempo.
En Reino Unido, Tesco ha lanzado una nueva gama de platos preparados, pizzas, sándwiches y rollitos (wraps) veganos con la marca Wicked Kitchen. Diferentes técnicas y métodos culinarios se han empleado en toda la gama para crear texturas más carnosas y agradables a partir del uso de hortalizas, como el “pastrami” de zanahoria crujiente y las setas al horno o mechadas.
Cuando el tiempo apremia, buscamos productos que nos permitan comer de forma rápida, pero también saludable. Los kits de comida son una buena fórmula de expansión para los fabricantes de platos preparados con marca propia o marca blanca, ya que ofrecen a los consumidores la posibilidad de cocinar sus propios platos contando con todos los ingredientes necesarios en las proporciones adecuadas, al tiempo que les permite personalizar cada plato, añadiendo más o menos condimentos, etc.
Los kits de comida fueron concebidos como servicios de reparto por suscripción, pero durante el último año han empezado a introducirse en los canales de la distribución y horeca.
Las empresas de distribución de kits de comida los definen como alimentos de cuarta gama, puesto que los consumidores seleccionan sus platos con antelación y no necesitan planificar la comida. Sin embargo, estos kits pueden ser bastante complejos, dado que a veces requieren picar mucho y, a menudo, cerca de una hora de elaboración. Aunque los kits permiten a los consumidores descubrir nuevas recetas y propuestas gastronómicas, pueden quedar fuera del alcance de quienes realmente disponen de poco tiempo o desconfían de sus habilidades culinarias. Los kits de comida que contienen hortalizas preparadas y picadas, carnes adobadas y sobres de salsa requieren menos tiempo y esfuerzo por parte de los consumidores. Ofreciendo tanto estos kits fáciles de usar como los kits de comida más complicados, dirigidos a los amantes de la cocina, que han popularizado los servicios de reparto a domicilio, se consigue poner un kit de comida al alcance de cada tipo de consumidor.
Desde el “currywurst”, o salchichas al curry, hasta el “fish’n chips”, pasando por el ramen, el satay y los burritos, la tendencia hacia la comida callejera ha ido ganando rápidamente popularidad en Europa en los últimos años, permitiendo a los consumidores probar platos sorprendentes y combinaciones de sabores de todas partes del mundo sin necesidad de moverse de casa.
El ámbito de la gastronomía callejera es una constante fuente de inspiración que pueden aprovechar las marcas, los fabricantes y distribuidores para crecer innovando. La demanda de nuevos platos exóticos seguirá aumentando en la misma medida en que los consumidores desarrollen el impulso de transportar los sabores de la gastronomía mundial a su cocina. De hecho, los estudios de Mintel muestran que aproximadamente cuatro de cada diez consumidores españoles quieren probar recetas más interesantes, y tres de cada diez disfrutan degustando nuevos ingredientes. Los platos preparados pueden ser un buen medio de introducir las tendencias de la gastronomía de la calle en los supermercados, dado que los consumidores creen que son un buen canal para probar la nueva cocina étnica.
Aunque las cocinas china, tailandesa e india siguen siendo las favoritas de las familias, cada vez se ven más variedades de platos preparados inspirados en la cocina española, caribeña, americana, japonesa, vietnamita, árabe o africana en los lineales europeos. Es más, a medida que aumente la exposición a la gastronomía callejera y los consumidores empiecen a entender las diferencias regionales, es probable que aparezcan más platos preparados basados en recetas regionales genuinas, como el curry de Kerala, en el sur de India, o el Rendang de ternera, un curry de ternera picante de la provincia de Sumatra Occidental, en Indonesia.
Tradicionalmente, la salud y la pizza han sido propuestas contradictorias para muchos consumidores, hasta el punto de que la pizza está considerada como un lujo o capricho que se conceden de vez en cuando quienes apuestan por un estilo de vida saludable. Sin embargo, el creciente interés en encontrar nuevas formas de aumentar el consumo de verduras que se vive hoy en día está ofreciendo a la pizza la posibilidad de dar un cambio de imagen saludable. Los fabricantes de pizza han empezado a utilizar verduras en lugar de harinas tradicionales en las bases de pizza para conseguir un posicionamiento más acorde a la demanda de consumo. Estos productos no solo son atractivos para los consumidores interesados en aumentar la ingesta vegetal, sino también para aquellos que siguen dietas sin gluten o bajas en carbohidratos.
Es probable que la idea de incorporar productos vegetales en la base, en lugar de colocarlos entre los ingredientes principales, vaya cobrando impulso. También ayudaría a preservar el placer de degustar un producto que no suele consumirse por sus características nutritivas.