Los consumidores están tomando conciencia de forma progresiva sobre el poder del microbioma intestinal, gracias al creciente conocimiento de los pre, probióticos y posbióticos y una mayor comprensión del papel de la fibra en el aumento de la saciedad, y ese es el mercado de One Bio, una startup que ha desarrollado una tecnología patentada para trocear polisacáridos procedentes de subproductos agrícolas y convertirlos en fibras inodoras, incoloras e insípidas, que pueden agregarse a los alimentos en altas tasas de inclusión sin afectar al sabor o la textura. Esta propuesta podría permitir incorporar entre cinco y diez veces más fibra a la dieta diaria, aplicada a una amplia gama de productos, como leches vegetales, cereales, zumos o suplementos. El mercado es enorme, ya que, según explican, los consumidores estadounidenses solo ingieren la mitad de la cantidad recomendada de fibra, lo que priva al microbioma de funciones esenciales.
Los clientes de One Bio son empresas de alimentos y bebidas envasados. Un ejemplo sería el segmento de bebidas vegetales de avena, en cuya producción se desecha una gran cantidad de fibra de avena. "Nos dirigimos a ellos y les decimos que podemos transformar esa fibra en fibras de cadena corta, convirtiendo un residuo de su producción en un ingrediente de alto valor añadido", explica Matt Barnard, director ejecutivo de la compañía. "Hemos caracterizado y catalogado las estructuras de las fibras en todo el mundo vegetal, y la herramienta que utilizamos para hacerlo ahora puede permitir que estén disponibles para agregarlas a casi cualquier alimento o bebida. Básicamente, el método se desarrolló originalmente como una herramienta analítica, pero en realidad es escalable como un proceso para producir grandes cantidades de estos oligosacáridos", añade.
Para avanzar en esta misión, One Bio ha conseguido recaudar 27 M$ en una ronda de inversión de Serie A, con lo que ha elevado su financiación hasta un total de 44 M$. La última inversión estuvo liderada por AlphaEdison y a ella se unieron nuevos inversores, entre ellos Leaps by Bayer, Mitsui E12, Morado Ventures, ReMY, DSM-Ferminich y Better, así como socios ya existentes, como iSelect, Skyview Life Sciences, Collaborative Fund y Acre Venture Partners.
Esta ronda llega en un momento en que la conversación sobre los alimentos compatibles con GLP-1 se está situando en el centro de la escena. Según se explica, este tipo de medicamentos replican la incretina, una hormona natural que se encuentra en nuestros cuerpos y que aumenta la hormona GLP-1 para regular el azúcar en sangre, satisfacer el apetito y controlar el peso. La incretina se regula de forma natural en nuestro organismo gracias a la fibra, lo que ha hecho que buena parte de la industria alimentaria esté trabajando ya en desarrollos para satisfacer esa nueva demanda de fibra. One Bio afirma que sus fibras de cadena corta pueden proporcionar "una vía de salida" para reducir la dependencia de las personas de los medicamentos GLP-1.