La fabricante de granza y preformas de PET La Seda de Barcelona está estudiando la opción de vender plantas productivas de primeras materias (incluyendo aquí monoetilenglicol, ácido tereftálico purificado y PET) con objeto de conseguir la financiación necesaria para el desarrollo de sus proyectos, que considera vitales para la propia pervivencia de la compañía, una vez que ha fracasado la ampliación de capital de 40 M€ anunciada a principios de año.
En un encuentro con la prensa posterior a la última Junta Extraordinaria de Accionistas convocada a finales de octubre (una exigencia de la CNMV debido a la no consecución de la mencionada ampliación), el presidente de la compañía, Carlos Moreira da Silva, explicó que La Seda ha estado buscando un socio estratégico minoritario que entrara a formar parte del capital de la rama química, proceso que se ha cerrado sin éxito.
La Seda cuenta en la actualidad con plantas productivas en España (El Prat de Llobregat), Italia (San Giorgio di Nogaro), Grecia (Volos), Portugal (Sines) y Turquía (Adana), que en el caso de la granza de PET suman un total de 580.000 t/año de capacidad.
Dadas las dificultades económicas de mercados muy maduros y muy afectados por la crisis de deuda de la eurozona (España, Italia, Portugal y Grecia), Carlos Moreira apuntaba como desinversión más probable la planta de Turquía, que en la actualidad opera al 100% (la única junto a la griega con semejante tasa), ya que la española y la italiana operan al 70% y 50%, respectivamente) y sirve a un mercado en fase de expansión como el del país otomano.
En cualquier caso, las posibles desinversiones no llegarían hasta los primeros meses de 2013 y la falta de liquidez no supondrá la paralización de los proyectos inversores en curso, principalmente la apertura de una nueva planta de preformas de PET en Polonia, que está previsto que esté operativa en el próximo mes de diciembre, así como un nuevo centro también para producción de preformas en Italia, cuya culminación está prevista para dentro de unos meses, y la ampliación de capacidad de su centro de reciclado de Beume (Francia), un proyecto en el que también participa Coca-Cola.