Toma de posiciones
En definitiva, tras varios años en los que apenas se cerraron operaciones corporativas, los inversores, principalmente financieros, han vuelto a poner sus ojos en la restauración moderna en España. Según la mayoría de los expertos y actores consultados, se trata, por ahora, de una toma de posiciones, una apuesta ante la futura consolidación de la recuperación económica, en un país, de por sí, privilegiado para la industria del ocio, el turismo y, sobre todo, del consumo de alimentación y bebidas fuera del hogar. Pero aunque éste pueda ser el driver fundamental, otros factores están propiciando los movimientos corporativos en el sector de la restauración. Entre los de carácter exógeno, podrían destacarse el incremento de liquidez en el mercado, la mejora de la financiación bancaria, las circunstancias laborales que facilitan la expansión gracias al aumento del número posible de candidatos a franquiciado -ya sea vía autoempleo o mediante el cada vez más extendido emprendimiento- o las posibilidades de desarrollo fruto de la mayor disponibilidad de locales comerciales a precios razonables.
En lo que concierne a las propias del sector, la motivación intrínseca más repetida para el clima de transacciones se resume en las consabidas ventajas competitivas -mayor poder de compra, generación de sinergias, economías de escala, mejoras de productividad, etc- derivadas del incremento de tamaño en un mercado todavía muy atomizado, en el que aún compiten muchas cadenas pequeñas y una multitud de establecimientos independientes. No en vano, el de la restauración organizada es un sector que basa su éxito en el crecimiento, con la apertura de locales y la creación de nuevas cadenas, pero, sobre todo, con la incorporación de conceptos innovadores, pequeños aún o lastrados por la crisis, pero definidos, homogéneos y replicables, en un mercado que se está decantando claramente hacia el modelo de franquicia y donde en muchas ocasiones es más rentable la adquisición de una marca que el desarrollo propio de una enseña.
De hecho, los grupos y cadenas no han dejado de innovar y aumentar su cuota sobre el conjunto de la restauración durante la crisis, pues la restauración organizada incluso ha pasado a tomar un papel aún más protagonista en el universo retail, hasta erigirse en principal dinamizador y motor tanto de los centros como de las calles y zonas comerciales. Sin embargo, al mismo tiempo, como consecuencia de la caída del consumo y de la guerra de precios, en estos años un buen número de operadores han sufrido un estrechamiento de márgenes y acumulado o mantenido una deuda excesiva, de modo que han considerado abrir su capital a la entrada de nuevos inversores que les permitan dotarse de recursos para cancelar o refinanciar sus empréstitos y también relanzar el desarrollo de sus conceptos.