Amenazas
Por otra parte, López Mena se mostró precavido al detectar cuatro posibles amenazas para el negocio, entre las que se encuentra la actual burbuja inmobiliaria, los nuevos hábitos alimentarios que puedan ser solo una moda pasajera, las fuertes inversiones y desembarcos de competidores extranjeros y, por último, el e-commerce que, lógicamente, afecta al tráfico en los centros comerciales. A estos cuatro factores, Agustín Sans, de Nielsen, añadió otra gran amenaza para el consumo en general y la hostelería en particular: el envejecimiento de la población. El experto señaló que hasta 2008 la población sostenía a la industria de gran consumo, pero en los últimos años los crecimientos son sostenidos por la demanda. La pirámide poblacional se ha invertido y en 40 años, el 40% de la población tendrá más de 65 años. Así, a pesar de que en el momento actual, la economía y el consumo “están recuperando la sonrisa después de la crisis”, sigue habiendo amenazas latentes en el horizonte, como la precariedad laboral o la inestabilidad económica. Frente a estos factores, el sector de la restauración debe enfrentarse de forma decidida como en otras situaciones adversas, “como la ley antitabaco”.
El directivo de la consultora Nielsen también hizo especial hincapié en los cambios en el consumo y en el nuevo consumidor, calificado como sociable, que además de comer en el restaurante, también recoge su pedido o se lo llevan a casa. Además, buscan nuevas experiencias, buenos precios, conveniencia y son más indulgentes. En este nuevo contexto, surgen también nuevos momentos de consumo, como el brunch, que ya está evolucionando al clunch -una cena temprana con bebidas alcohólicas y cocktails-, además del afterwork. En cuanto a las tendencias clave que pueden marcar el futuro y que obligan al sector a responder satisfactoriamente, Sans destacó la omnicanalidad, la explosión tecnológica, la conveniencia, la salud, lo premium y la conveniencia.
Junto a las citadas consultoras y operadores del sector, el Encuentro también contó con la participación de Fernando Fernández, business navigator y responsable de expansión de Ikea Food, la división de restauración de la multinacional sueca especializada en muebles para el hogar. En su caso, el ponente explicó cuál era la función de sus áreas de restauración que, “si bien dan una rentabilidad pequeña, pero aceptable, el beneficio real es que ayudamos a la tienda a vender muebles”. Entre sus principales valores está la oferta de una gama de productos y alimentación que “atraiga a todo el mundo, independientemente de su cultura o hábitos”. Asimismo, destacó la importancia de reforzar el perfil de precio bajo de los alimentos y bebidas, sin reducir su calidad, e incidió en su complementariedad con la familia -por lo que ofrece zonas infantiles y de relax”. De hecho, recordó que “uno de nuestros lemas es trabajar por crear un mejor día a día para la mayoría de las personas”. Fernando Fernández incidió también en la necesidad de reforzar el perfil sueco de la compañía, explicando que “el 60% de nuestros productos de restauración de Ikea son suecos”.
Las experiencias compartidas por los distintos operadores han dado muestra de que el sector de la restauración organizada se encuentra sin duda en un momento dulce. Desde el final de la crisis, este mercado ha reforzado su atractivo como destino de inversiones, aunque aún está lejos de los niveles de 2007. De este modo, tal y como apuntaba Gorka García, socio de Corpfin Capital, “hay una oportunidad para que el crecimiento continúe”. Además, “se trata de un mercado aún muy fragmentado, con gran peso de la restauración no organizada, que en los últimos años ha protagonizado muchas historias de éxito, tanto en España como a nivel internacional, por lo que cada vez es más considerado a la hora de plantearse una inversión”. En este contexto, grandes grupos internacionales se plantean entrar en España, en muchos casos, como puerta de entrada a Europa. Junto a estos factores, existe gran liquidez a nivel global, que empuja a invertir en activos reales que generen buenas rentabilidades. De hecho, “hay más de 4.000 M€ en manos de capital riesgo dirigidas a la inversión en el mercado español”.
Entre las aportaciones que el capital riesgo puede realizar a una compañía del sector de la restauración, Gorka García destacó el respaldo en los procesos operativos: refuerzo de equipos directivos, mejora de los sistemas de reporting, afinar el modelo económico, además de apoyar en el diseño y ejecución del plan de expansión. Obviamente, también puede “impulsar operaciones corporativas que tengan sentido, ya que el peso de los grandes grupos aún es relativamente pequeño en el conjunto del sector”. En su caso particular, Corpfin Capital controla desde 2014 Rosendo Milá, una empresa familiar que “tenía un modelo bastante único, ‘El Fornet’, que combinaba la experiencia de tienda con producto de alta calidad, pero prácticamente no tenía estructura a nivel directivo”. Los logros conseguidos desde entonces hasta hoy se cifran en la realización de una decena de aperturas al año, hasta alcanzar las 44 unidades, y otra media docena de su concepto ‘El Horno’, esta vez en Madrid. En todo caso no se trata del único interés de Corpfin en este sector, que sigue muy de cerca con el estudio de no menos de 30 proyectos. La compañía de capital riesgo lideró en 2007 la creación del grupo Restauravia Food (La Tagliatella y KFC), si bien tres años después se deshizo de su participación.