RESTAURACIÓN EN CARRETERA avanzar a paso lento
El sector, muy atomizado, compite con el auge del avión y el tren
El segmento de la restauración en carretera crece en nuestro país en
marchas cortas, dada su excesiva fragmentación y la escasa presencia de
grupos operadores organizados. El mercado está dominado por empresas
familiares o de pequeño tamaño de difícil cuantificación, que conviven con
un reducido conjunto de grandes operadoras capaces de hacerse con las
principales concesiones en autopistas, y con otros grupos de menor tamaño y
geográficamente localizados. Además, el sector se enfrenta a nuevas
amenazas que llegan por vía aérea y ferroviaria. La proliferación de
aerolíneas de bajo coste y el desarrollo de planes de ferrocarriles de alta
velocidad, junto a un mayor poder adquisitivo del viajero, están motivando
un desvío de las preferencias hacia estas formas de transporte, que en
largos desplazamientos van ganando terreno al automóvil. La adaptación de
las áreas de servicio y los puntos de venta de restauración a estos nuevos
retos pasa por ofrecer mejor calidad y servicios complementarios que
retengan al viajero.
La presencia de áreas de servicio pertenecientes a grupos organizados en la
red nacional de carreteras se limita, prácticamente, a las grandes vías de
comunicación, siendo sustituidos por empresas familiares o pequeñas
compañías locales en las vías secundarias de España. Ello arroja un
panorama empresarial de dicho segmento excesivamente atomizado, de
complicado estudio y difícil cuantificación económica, en el que apenas una
decena de grupos organizados ejercen su actividad a modo de cadena con
identidad corporativa reconocible. Hace décadas, la restauración en
carretera nació vinculada a negocios familiares en pueblos limítrofes a las
carreteras, donde primaba el servicio en mesa y la atención personalizada.
El paulatino desarrollo de vías rápidas y autovías fue introduciendo poco a
poco el concepto de área de servicio, establecimientos ubicados en puntos
estratégicos de dichas autovías y puestos en marcha a cargo de grupos
empresarialmente organizados. En esos puntos de restauración (levantados
con una estética más moderna y funcional, con imagen corporativa y marca
identificable) primaban la rapidez y la eficacia en el servicio, con
productos servidos en barra, autoservicio o expositores, especialmente
menús, bocadillos y sandwiches. Hoy en día siguen cohabitando ambos
conceptos de negocio y su evolución pasa por la progresiva introducción de
nuevos formatos y servicios añadidos a los ya existentes (hoteles,
gasolineras, zonas de recreo, etc.), como parques infantiles, puntos de
información turística de la zona, puestos de conexión a internet, menús
flexibles y adaptados a determinadas necesidades dietéticas, especial
promoción de platos regionales o atención especializada para extranjeros,
entre otros. Así, los clientes de estos establecimientos valoran cada vez
más la variedad de la oferta y demandan mejores productos y mayores
servicios complementarios.
El café de las petroleras
Las multinacionales del negocio del carburante también se están apuntando
al carro de la restauración en ruta dentro de sus gasolineras, cuyo
concepto ha evolucionado desde el simple surtidor de carburante hasta
convertirse en mini-áreas de servicio con cafeterías, tiendas y puntos de
restauración. En este sentido, cada petrolera cuenta con un anagrama
determinado: BRITISH PETROLEUM (BP) ofrece la marca “Wild Bean Café”,
REPSOL YPF dispone de tiendas “Sprint”, CEPSA cuenta con la marca “De Paso
Café” y GALP incluye en algunas de sus estaciones de servicio los espacios
“Tangerina” y “M-24”. En muchos casos, estas cafeterías se ubican en
gasolineras situadas en zonas urbanas o de influencia urbana, para dar un
servicio complementario y puntual a sus usuarios, pero lejos del concepto
de restaurante en carretera. Precisamente, para atender este tipo de
mercado en crecimiento, la compañía CAFESTORE está preparando el
lanzamiento de una nueva marca de puntos de venta en ruta menores de 400
m2, dirigidos a ubicaciones con traslados diarios o proximidad. Por su
parte, CEPSA ha alcanzado un acuerdo de colaboración con “Taberna Bocatín”,
cuyo primer paso ha sido la apertura de un establecimiento de la gama
express de la cadena de restauración dentro de una tienda “Depaso” en una
gasolinera situada dentro de una céntrica calle de Madrid.
Nuevas amenazas
El mercado actual de restaurantes en carretera tiende a expandirse, pero
dentro de un crecimiento moderado. Aunque las vías e infraestructuras gozan
cada vez más de mayor calidad, estas mejoras no resultan ya tan
significativas como lo fueron hace unos años, y la población que se
desplaza tampoco se estima que varíe en exceso. Los operadores del sector
han detectado una modificación de los desplazamientos de viajeros por
canales y se preparan para afrontar distintos cambios en el mercado para
adaptarse a esta variación. Entre las causas registradas figuran el auge de
las aerolíneas de bajo coste y su progresiva implantación en vuelos
domésticos (así como las futuras aperturas de aeropuertos privados) y el
desarrollo de las líneas ferroviarias de alta velocidad. Ello, unido a un
mayor poder adquisitivo por parte de los viajeros, hace que éstos se
decanten por la utilización del avión o el tren para desplazarse por el
interior del país, en detrimento del transporte en carretera. Este reparto
de viajeros con el mercado aéreo y el ferroviario, que ya ha tenido
especiales consecuencias en la campaña estival de 2007, también ha motivado
que muchos grupos se interesen por las concesiones en determinados centros
de transporte (estaciones, aeródromos, intercambiadores, etc.). Por si ello
fuera poco, las innovaciones tecnológicas aplicadas a los automóviles
(menores consumos, mejores prestaciones) y la mejora de la red viaria (con
más kilómetros de autopistas, autovías, vías rápidas y de circunvalación,
etc.) están provocando una reducción de las paradas a efectuar en un
determinado trayecto. En conclusión, los operadores prevén una
estabilización en el crecimiento de la intensidad media diaria (IMD) del
conjunto de carreteras españolas, así como una reducción de las paradas por
viajero y un aumento moderado del ticket medio. Como complemento a este
análisis, determinados especialistas señalan que cada vez el viajero gasta
menos en sus desplazamientos, y que la tendencia del mercado se dirige
hacia la rapidez del servicio y del producto, esto es, la traslación de los
hábitos urbanos de ciudades como Madrid y Barcelona -donde los clientes
disponen cada vez de menos tiempos para dedicar a la comida- a la
restauración en ruta. De esta manera, los clientes de las vías de servicio
de las carreteras demandan cada vez más un servicio rápido, locales limpios
y cuidados y productos con una buena relación calidad/precio. El sector
debe, pues, ofrecer un servicio más amplio y personalizado, dada la
creciente competencia y la mayor demanda, por parte del usuario, de
servicios con un alto valor añadido. Ello implica mayores niveles de
exigencia, diferenciación y fidelización del cliente. Un claro ejemplo es
el desarrollado por el granadino GRUPO ABADES, que quiere convertir sus
puntos de restauración en auténticos “aeropuertos” en carretera. Para ello,
entre otras novedades, prevé implantar un servicio de información y
orientación turística, además de potenciar la venta de productos autóctonos
y la comercialización de marcas propias de alimentación (“Cortijo Abades”)
y cosmética (“DermoAbades”) en puntos de venta diseñados para lograr una
mejor interacción con el cliente. Asimismo, pretende ir aplicando el
concepto free-flow (que vendría a sustituir al tradicional self-service),
donde el cliente tiene una relación directa con el producto dentro del
punto de venta, permitiéndole coger y seleccionar el artículo deseado antes
de su adquisición.
Poca organización
El sector, pues, se encuentra atravesando una situación que oscila entre la
prudencia y la incertidumbre, lo que -según distintos análisis- podría
traducirse en una futura concentración empresarial a través de compras, si
bien sigue aún muy atomizado. En la actualidad, entre los operadores
organizados de puntos de restauración en ruta destacan dos grandes grupos,
la española ÁREAS y la italiana AUTOGRILL. ÁREAS opera un total de 429
puntos de venta en España (la mitad de ellos ubicados en autopistas,
autovías y carreteras) bajo distintos epígrafes: “Ars”, “La Pausa”,
“Medas”, “Pransor”, “Café Café”, “Caffriccio”, “Fast Bar”, “Natural Break”,
“Viena” y “Food Gallery”. El grupo generó un negocio global de 657,6 M.€ en
2006, y el 51% de sus ventas en España procedió directamente de su
actividad restauradora en ruta. Por su parte, AUTOGRILL gestiona un total
de 41 puntos de venta restauradora en carretera en España, donde además
cuenta con 13 en estaciones de tren, cuatro en aeropuertos y dos en centros
comerciales. La compañía, que registró ventas de 90 M.€ por restauración el
pasado año, dispone también de una amplia gama de enseñas de restauración,
en su mayoría propias: “Ciao”, “Rincones”, Segafredo-Bittburger”, “Entre
Tapas”, “Pic Nic”, “4Cani”, “Las Chimeneas”, “La Galería”, “La Barrila”,
“Café Espresso” o el asador “El Hinojo”. Además de estas dos
multinacionales, existen otras compañías de menor tamaño y vinculadas a
grupos especializados en otras actividades. Es el caso de CAFESTORE (filial
al 100% del grupo inmobiliario SACYR VALLEHERMOSO), con una red de 23
puntos de venta en la red de carreteras españolas que generaron ingresos de
20 M.€ el pasado año, lo que representa un 72% sobre la facturación total
de la compañía, mientras que el resto procede de los ingresos en tiendas y
de la gestión de venta de combustible. La compañía prevé expandirse en este
mercado con aperturas en Oviedo, Albacete, La Roda y Albacete, además de
asumir la explotación del área de Lopidana (Vitoria) en la segunda mitad de
2008. Su estrategia también incluye desinvertir en localizaciones no
estratégicas y diversificar hacia otros mercados complementarios, como
servicios al viajero en concesiones a largo plazo con restauración y
multitienda y ampliar su actividad restauradora a los hospitales y los
intercambiadores de transporte. Otra compañía vinculada a un gran grupo
empresarial, en este caso el transportista ALSA-ENATCAR (adquirido por la
británica NATIONAL EXPRESS GROUP en 2005), es SERVIAREAS 2000, gestora de
la cadena de áreas de servicio “Exit”. Cuenta con cinco establecimientos,
además de gestionar la restauración de tres estaciones de autobuses. Dentro
de sus áreas de servicio dispone de cafetería, tienda, autoservicio, buffet
o restaurante, así como dos negocios diferenciados, bajo las marcas “Fast
Club” (comida rápida) y “Artesanos”. En 2006, la compañía facturó 11 M.€
por restauración en carretera, lo que supone un 84% de sus ingresos
totales. Entre sus previsiones figuran las aperturas de tres nuevas áreas
de servicio en Benidorm, Soria y Granada y la puja por dos importantes
centros de transporte en Madrid. Asimismo, la empresa suministra el
catering para su gama de autobuses de lujo “Supra”, así como para otras
empresas y organismos oficiales, y dispone de una línea de negocio que da
cobertura a los viajes del IMSERSO, proporcionando la comida en
restaurantes. Las áreas “Exit” están especializadas en dar un servicio
integral a grupos, desde una comida en ruta hasta la organización completa
de un viaje. Asimismo, el grupo hostelero ARTURO CANTOBLANCO dispone de una
red de ocho áreas de servicio en grandes carreteras, que aportan el 7% del
volumen total de su negocio. En ocasiones se trata únicamente de surtidores
de combustible, pero algunas cuentan también con restaurante y hotel de
carretera.
Presencia local
Estos grupos con presencia nacional coexisten con distintas compañías
locales o regionales de cierta envergadura cuyo crecimiento también es
pausado, pero continuo. Entre esta multitud de operadores figuran algunos
que están adoptando el concepto de imagen de marca, aplicándolo en sus
establecimientos. Es el caso del mencionado GRUPO ABADES, de Loja
(Granada), cuya presencia se limita, por el momento, a Andalucía, donde
cuenta con siete áreas de servicio. Sus establecimientos se ubican en un
amplio corredor a lo largo de las autovías A-92 y A-4 y se encuentran
situados a una distancia kilométrica estratégica. El grupo posee cinco
líneas de negocio bien diferenciadas: hoteles, restaurantes, catering
service, áreas de servicio y tiendas. En el mercado de restauración en
carretera opera dos de ellas, bajo las marcas “Abades Áreas” y
“Shop-Tiendas Abades”, que cubren los servicios de cafetería, restaurante a
la carta y autoservicio, además de tiendas de regalos, souvenirs y
alimentación. En 2006, el grupo obtuvo 18 M.€ de ingresos por restauración
en ruta, lo que supone aproximadamente la mitad de su facturación total.
ABADES proyecta poner en marcha dos nuevas áreas de servicio el próximo año
en las localidades jiennenses de Santa Elena y Bailén. También en Loja
tiene su sede HOSTELERÍA LOJEÑA, gestora de las tres áreas de servicio
“Manzanil” (a las que se unirá una más en 2008), así como un hotel y un
asador. Las ventas por restauración de este pequeño grupo suponen un 70%
del total y en 2006 ascendieron a 4,33 M.€. Por último, cabe reseñar el
caso de CADENA TUDANCA, que explota tres áreas de servicio en las
localidades burgalesas de Aranda de Duero y Miranda de Ebro y en Benavente
(Zamora), todas ellas con hoteles y restaurantes. Al igual que los
restantes operadores, TUDANCA acomete continuamente labores de reforma y
mejora en sus instalaciones, para dotarlas, entre otra oferta, de salones y
carpas para acoger eventos de magnitud, algo que trasciende el concepto
tradicional de área de servicio. Precisamente, “Tudanca-Aranda”, que en
2008 celebrará su 25º aniversario y que cuenta con asador y dos hoteles
(uno de ellos, un 4E con 74 habitaciones), ha sido el área de servicio
mejor valorada de España por el programa europeo EuroTEST, en el que
participa el RACE.
Víctor Robledo
victor.robledo@alimarket.es
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