La pandemia del Covid-19 cambiaba el pasado marzo el ritmo del sector de restauración colectiva, tras varios años de crecimiento generalizado. La insperada crisis supuso el cierre de colegios, empresas, centros de día, eventos, etc., paralizando de golpe a un sector especialista en atender a colectividades y que apenas podía mantenerse con el suministro a hospitales y residencias, que representan el 43% del negocio total. La insostenibilidad de la situación llevó a la presentación indiscriminada de ERTE, que afectaron al 53% de los 92.000 trabajadores del sector, según la Federación Food Service, que cuantifica las pérdidas de sus empresas en 80 M€, según explicaba a Alimarket Sanidad y Dependencia María López Ortiz, responsable de comunicación de la federación, que representa a 140 empresas del sector.
Pero poco a poco, las cosas han ido mejorando y, pese a los temidos brotes, los principales grupos han ido empezado a ver avances. El objetivo ahora es recuperar el nivel de actividad del ejercicio 2019 en el que las empresas del sector registraron un crecimiento conjunto del 5,3%, según los datos recogidos por Alimarket Sanidad y Dependencia para el Informe 2020 de Restauración Colectiva en España. En la "nueva normalidad", los proveedores de servicios de alimentación a coletividades mantienen los protocolos de seguridad desarrollados durante los peores momentos de la pandemia, que han traído normas y tecnologías para garantizar la seguridad de los usurios de los servicios y, a la vez, han favorecido la relación entre cliente y proveedor, que durante la crisis de la pandemia han trabajado como partners, con distintas atenciones al cliente y desarrollando soluciones adaptadas. En esta línea, grupos, como Serhs Food, diseñaron menús a medida en quinta gama, con envasados monouso o multiporciones, adaptándose a las necesidades del momento.
Al margen de la situación más o menos puntual que ha supuesto la llegada de la pandemia, en el ámbito sanitario los especialistas han seguido apostando por atender las nuevas demandas de los clientes, que empezaron a desarrollarse en años anteriores, entendiendo que esta es la mejor forma de mantenerse en el mercado. En este sentido, la apuesta por la llamada alimentación saludable, sana, de temporada, con productos de cercanía, etc., se ha convertido en una exigencia de la sociedad. El usario demanda también que los locales sean más confortables y que favorezcan la evasión. Y en paralelo, no puede olvidarse el desarrollo de novedades tecnológicas, soluciones creadas con motivo de la pandemia para garantizar la seguridad, pero cuya utilidad no se limita a evitar el contagio. De hecho, se han desarrollado soluciones digitales muy útiles para conocer el aforo de las cafeterías, realizar reservas, pre-pedidos, aplicaciones para saber el menú y poder encargarlo, fórmulas de pago digitales. etc. En estas líneas están trabajando tanto los grupos nacionales, como los principales grupos internacionales implantados en nuestro país, encabezados por Serunion, Compass-Eurest, Sodexo, Aramark o ISS.
Los principales grupos prefieren ahora apostar sobre todo por el crecimiento orgánico, si bien algunos, como Ausolan o Sodexo no descartan optar a las posibles oportunidades de adquisición que previsiblemente surgirán, como herencia de una crisis que muchos no podrán asumir. Y mientras los grupos foráneos siguen confirmando su interés por seguir creciendo en España, los principales grupos nacionales, encabezados por Ausolan, Mediterránea o Arcasa siguen dando pasos fuera, incrementando el peso de su actividad en los mercados de Latinoamérica y Portugal. Entre ellos destaca la apuesta de Boris 45, que durante la pandemia abrió mercado en el país vecino, donde esperaba mantener buena parte de los contratos hospitalarios, que firmó en los meses más complicados de la crisis.