Los alimentos sin alérgenos prosiguen su importante expansión a nivel internacional, crecimiento que no se entiende únicamente desde la “necesidad” a la que se ven obligados los alérgicos a las principales intolerancias alimentarias. El componente saludable ha sabido asociarse “marquetinianamente” con éxito a los marchamos de “sin gluten” y “sin lactosa”, abriendo el abanico a una población cada vez con más obesidad pero paradójicamente más preocupada por los hábitos saludables. Sea como fuere, en un mundo marcado por contradicciones como la mencionada, lo indudable es que actualmente los productos sin gluten y sin lactosa son una palanca de crecimiento. Por poner sólo algunos ejemplos, según la consultora Iri -que mide las ventas a paso por caja en hipermercados y supermercados-, el pasado año las ventas en España de productos de alimentación en la categoría sin gluten se incrementaron un 26,9%, la leche sin lactosa un 30,4% y las bebidas vegetales un 17,9%. Estos crecimientos a doble dígito se vienen repetiendo a lo largo de los últimos años, incluso en los ejercicios en los que el contexto de crisis económica castigó con mayor fuerza el gasto en alimentación y bebidas.
La industria ha sabido adaptarse y aprovechar la tendencia con lanzamientos en cada una de las categorías. Además, la distribución también ha ayudado ampliando sus surtidos y facilitando la compra de este tipo de consumidores. No obstante, aquí también se produce cierto desequilibrio. El consumidor en general acoge con agrado una oferta cada vez con mayores alternativas, si bien las personas que sufren estas intolerancias todavía tienen que lidiar con el factor precio (más alto en estos productos), la falta de claridad en los etiquetados, la todavía no masiva accesibilidad en los diferentes puntos de venta y otros problemas asociados. En lo que a grandes cadenas de distribución se refiere, el pasado año Carrefour estrenó marca e imagen para sus sin gluten. La cadena acometió una completa renovación de su marca dirigida a las personas con esta intolerancia, ahora bajo la enseña ‘No Gluten!’, con nuevo logotipo, colores y envase. Al margen de esta distinción, en la que ha incluido entre otros productos magdalenas, croissants, galletas, pan de molde, panes de hamburguesa y bases para pizzas, Carrefour cuenta con libres de gluten en otras categorías como embutidos, platos preparados, turrones, helados, yogures y postres y una gran variedad en conservas elaboradas, salsas y mermeladas, frutos secos tostados y fritos, así como un amplio surtido en productos frescos.
Por su parte, Mercadona cerró el ejercicio de 2015 con un millar de referencias sin gluten tras incorporar el pasado año mas de medio centenara su surtido habitual , todas ellas “perfectamente identificadas” con su logo exclusivo ‘Sin Gluten’. Así, la cadena valenciana suma el 16%de su surtido total de alimentación sin esta proteína. En 2014 Mercadona contaba con 900 artículos aptos para celíacos, frente a los 850 de 2013. De este modo, la compañía “refuerza” el compromiso que mantiene con este colectivo. Según Clara Medina, directora de relaciones con los consumidores de Mercadona, “hemos tratado de ofrecer referencias totalmente seguras y aptas para su dieta en todas las categorías de productos que trabajamos, como aperitivos, bebidas, pastas, carnes, dulces, comidas preparadas, helados o lácteos, entre otras”. Teniendo en cuenta esta misma fuente, “más del 55%” de los interproveedores fabricantes están implicados en su elaboración . Para ello, se realizan “constantes” controles del productos y de las materias primas con las que se elaboran, se llevan a cabo auditorías de calidad e, incluso, en algunos casos se diseñan líneas o fábricas específicas.