Según diversos estudios, la salud es con gran diferencia el motivo al que aluden los consumidores a la hora de decantarse por los alimentos y bebidas ecológicos. En España, pese a que las condiciones para la producción son óptimas, es el desarrollo de este mercado a nivel consumidor, como ya avanzamos en años anteriores, en el que el camino por recorrer es todavía inmenso. De hecho, España es el penúltimo país europeo por la cola en el consumo de productos ecológicos, con una media estimada de 26 € por persona al año, muy lejos, por ejemplo, de los 165 € de Dinamarca. Las razones se repiten año tras años y apuntan claramente en dos direcciónes: los precios altos y la distribución organizada, que actúan como cuellos de botella para una mayor accesibilidad. En lo que al segundo capítulo se refiere, según el estudio “Alimentación Ecológica: contexto, visión del sector y perspectivas del consumidor”, encargado por el Observatorio de Tendencias de Mercabarna, “el consumidor español y catalán están cada vez más predispuestos e informados sobre el valor añadido de los productos ecológicos. La gran estructura productiva ecológica española, sin embargo, no se corresponde con un desarrollo similar de transformadores y distribuidores, lo que dificulta el fomento de la demanda. Las perspectivas para el positivo desarrollo del sector pasan, por tanto, por aumentar el número de transformadores y distribuidores, así como de aprovechar la diversidad de canales de comercialización existentes, desde el detallista especializado a los lineales de la gran distribución. Como ha sucedido en otros países europeos, si facilitas la disponibilidad de los productos ecológicos en los centros de compra habituales, como hay un conocimiento previo y un predisposición por parte de los consumidores hacia estos alimentos, su demanda se incrementa”.
Lo cierto es que, con datos sobre la mesa, estas afirmaciones parecen apuntar en la dirección correcta. De los 1.100 M€ que se estima mueven los alimentos y bebidas eco en España, sólo el 12% se estarían desembolsando en la distribución alimentaria moderna, según datos de Iri. El margen de crecimiento, por tanto, es amplísimo para los operadores. La consultora cifra las ventas de productos de alimentación ecológicos en hipermercados y supermercados en 130,1 M€ el pasado año, un 15,2% más que el año anterior, con un volumen de 51.220,8 t (+17,0%). Es decir, pese al contexto de crisis económica y las reivindicaciones de los altos precios y deficiente accesibilidad en los lineales de las grandes cadenas de distribución, lo cierto es que el ritmo de crecimiento de “lo eco” fue muy destacable durante 2015. Algunas grandes cadenas están dando pasos en este sentido. Carrefour, por ejemplo, a mediados del pasado año lanzó una campaña de más deun mes en la que aplicó un 20% de descuento en toda su gama Bio, integrada por unas 150 referencias entre las que se encuentran aceites, vinagres, verduras, pasta, legumbres, productos de desayuno, especias, leches, quesos y hasta hamburguesas, pizzas o snacks. Otras, como la alemana Aldi mantienen su gama eco como uno de los pilares de su estrategia, otorgando a su enseña ‘GutBio’ un papel protagonista en sus lineales.