Nuevos picos de trabajo
Estos cambios están implicando a las empresas logísticas adaptarse a un calendario de trabajo con nuevas fechas clave. Varias de ellas ponen de ejemplo la introducción del “Black Friday”, desconocido hace apenas tres años y que en 2016 batió un nuevo récord de ventas, con crecimientos que se cifraron por encima del 30% y con ofertas que llegaron a durar más de una semana. Los operadores logísticos cada vez tienen que involucrarse más en este tipo de procesos comerciales de sus clientes para evitar roturas de stocks y una buena gestión en los envíos. Igualmente, en fechas tradicionalmente fuertes a nivel comercial (Navidades, San Valentín, Día del Padre o de la Madre, etc.) los operadores logísticos ya percibían anteriormente un mayor pico de trabajo, pero éste se ha acentuado más todavía ya que los proveedores de transporte están ahora mucho más cerca del cliente final, mientras en otros canales fuera del e-commerce hay intermediarios minoristas que son los que tienen que saber gestionar el stock en el último eslabón de la cadena comercial.
Son precisamente estos picos de trabajo los que también hacen que muchas empresas apuesten por externalizar las operativas logísticas, ya que, según destacan varias firmas, la plantilla del almacén puede variar en un 50% dependiendo del momento del año. Subcontratar la actividad pero mantenerla dentro de las instalaciones propias hace que el cliente continúe controlando y manteniendo cerca toda la actividad de almacenaje y transporte pero se olvide de este tipo de coyunturas y pueda concentrarse en otras labores más centradas en su core business. A ello hay que sumarle otras ventajas como el ahorro en inversiones inmobiliarias, simplificación de la operativa, apoyo entre subcontratas o la participación en fases anteriores a la fabricación del producto por parte de la compañía logística.