La seguridad es la clave que define el funcionamiento de un mercado como el de los proveedores de integraciones, aquellos fabricantes de envases que operan directamente en las plantas de sus clientes (in house), en un centro anexo con comunicación directa (‘wall-to-wall’) o en las inmediaciones (‘nearby’). Seguridad para el fabricante, que así consigue que una parte significativa de su producción tenga una salida comercial todos los años, pero también para el envasador, que logra mejores precios y deja en manos del especialista una tarea que no forma parte de su core business. Sin embargo, en la práctica resulta complicado ver crecer este tipo de servicios dado los riesgos que conlleva para el proveedor en caso de la resolución del contrato y los volúmenes que se exigen al envasador para hacer rentable la inversión. Con todo, junto con el pequeño grupo de empresas que han hecho del in house una estrategia básica de su negocio, existe un volumen de compañías, vinculadas principalmente al mercado del PET, que han declarado su interés por este sector y que, en su mayor parte, ya han tenido experiencia en el pasado.
Los cambios tecnológicos que se avecinan unido al movimiento en el alza de precios que se está experimentando en el mercado de materias primas, dominado durante muchos años por la estabilidad, abren una nueva ventana de oportunidad para que crezcan. Con respecto a los cambios industriales, no hay mercado ahora que no esté planteándose la viabilidad de implantar el modelo 4.0, un cambio que implicaría necesariamente a las líneas de envasado y que serviría sobre todo para ganar eficacia en todo el proceso productivo. Ante este escenario, los proveedores de envases, en muchos casos integrados en grandes grupos que tienen experiencia internacional en esta industria, pueden resultar de gran ayuda en el proceso de implantación. Asimismo, la aparición de nuevos polímeros y variedades específicas para mercados concretos (desde lácteos a bebidas que precisen proceso de llenado especiales) hace recomendable contar con especialistas en envase que supervisen en todo momento su aplicación para conseguir resultados positivos. En cuanto a los precios de los polímeros, tras un largo periodo de estabilidad, llevamos cerca de un año en el que el comportamiento del PET, siguiendo la estela del petróleo, muestra un encarecimiento constante y, aparentemente, duradero en el tiempo. Dado que uno de los aspectos fundamentales de este tipo de contratos son los precios fijados en el producto, que permiten tener estabilidad en la cuenta de gastos del envasador, la marcha de las materias primas puede ser un aliciente para que el sector viva un auge a corto plazo.