Los proveedores de servicios in house siguen siendo comparativamente pocos si se tiene en cuenta el enorme tamaño del mercado del packaging. Las circunstancias especiales a nivel técnico y de preparación del personal unido a los riesgos que supone una resolución precipitada del contrato dibujan un panorama que no resulta aconsejable para todo el mundo, aunque en la práctica implica tener garantizada la venta de unos volúmenes fijos de envases cada año. En este punto son sobre todo las grandes empresas, y en especial aquellas que han apostado por un modelo estratégico claro en favor de este tipo de servicios, las que llevan la delantera y las que más se mueven para aumentar su cartera de clientes. La externalización vinculada al packaging sigue siendo, vistas las cifras, una práctica poco común por el momento, aunque poco a poco se van dando casos particulares a medio camino entre el “in house” y la venta regular que buscan una mayor comodidad para el cliente. Sistemas como el pay-per-use o pay-per-pack, según el cual el envasador cuenta con un sistema que contabiliza cuánto material procesan los equipos y paga en función de ese volumen se están popularizando en campos como el cartón o el film plástico. El principio en cualquier caso es parecido al sistema in house, aunque más sencillo: intentar que el cliente tenga un control más ajustado de los costes y especialistas a su lado para asesorarles y solucionar los posibles problemas que surjan relacionados con el packaging.
Los cambios que se producen en este momento en el mundo del envase suponen un escenario propicio para este tipo de servicios. En un contexto en el que se está empujando a este sector a un cambio trascendental para hacerlo más sostenible, parece poco probable que a medio plazo los materiales que se empleen para envasar sigan teniendo las mismas formulaciones. El uso de reciclados, biomateriales o soluciones más compostables se impondrán en un futuro y para muchos envasadores resulta imposible estar al día de todos los avances técnicos disponibles en el mercado y las fórmulas para conseguir materiales de alta calidad sin contar con un asesoramiento muy estrecho por parte del fabricante de envases. Está además el problema de los precios de las granzas, que, a pesar de que ahora mismo están más controlados, han pasado un año y medio en los que no han dejado de incrementar su valor. Los escenarios demasiado movidos son una oportunidad para los proveedores de servicios in house en la medida que ofrecen un precio cierto y seguro por los volúmenes, evitando que el envasador se rompa la cabeza sondeando el mercado en pos de oportunidades.