Hasta que la crisis del coronavirus hizo su aparición, la prioridad estratégica del sector del packaging era la sostenibilidad. Aunque parece probable que el plan para reducir el impacto ambiental sufra algunos cambios, sobre todo en lo tocante al plástico, no se puede poner en duda que el destino está trazado y pocos de los grandes envasadores mundiales piensan dar un giro de 180º. La búsqueda de esa fórmula que permita hacer más verde el envase pasa por muchas estrategias y entre ellas una de primer orden como es la logística. Acercar el punto de fabricación del envase al del envasado es un modo óptimo para conseguir reducir la huella de carbono de todo el proceso y ahí es donde entra una fórmula como la de las integraciones de equipamiento en la planta del cliente. En realidad no es nada nuevo dentro del sector del packaging, que desde siempre ha intentado estar siempre próximo a los grandes centros de producción de sus clientes.
Pero en el caso del plástico, la estrategia es aún más clara ante la gran diferencia que supone trasladar a grandes distancias envases terminados frente a semitransformados como preformas o directamente materias primas como granzas. El servicio in house representa considerables ventajas para el cliente en este sentido, aunque en la práctica este tipo de contratos, debido a su complejidad, son difíciles de firmar. Además de las evidentes ventajas a nivel medioambiental de fabricar el envase en tu propio centro productivo, las integraciones permiten un plus en forma de contar directamente con un especialista en el mundo del packaging en un instante en el que está en una fase de profunda transformación. Biomateriales, reciclados, compostables, componentes activos que alargan de forma natural la vida del producto o recuperación química, son conceptos de los que continuamente se está hablando y que para un profano resultan difíciles de entender y hasta de seguir en su evolución, de ahí la importancia de contar con una relación estrecha con el proveedor de packaging.
Caiba entra en PEAD
En este momento tan trascendental, las empresas siguen apostando por colocarse en la pole position de la industria que viene reforzando su cartera de productos, materiales y presencia geográfica. A principios de este año, uno de los grandes especialistas en in house del pais, Caiba, anunció la adquisición de Pramix, compañía familiar toledana, ubicada en Las Ventas de Retamosa, especializada en la fabricación de envases de plástico de PE, principalmente para el sector de alimentación, hogar e higiene personal. El interés de la firma valenciana en Pramix se centraba en su posicionamiento en envases de PP y PEAD, material empleado en sectores como la alimentación, cosmética, higiene personal y productos para el hogar, que permiten continuar diversificando la cartera de productos y sectores de Caiba, tradicionalmente centrada en el mercado del PET. Además de esta compra, la compañía ha declarado su intención de mantenerse su posición dentro del sector de las integraciones, para lo cual ha preparado un presupuesto en 2020 valorado en 4,5 M€ que se destinará a la implantación de un nuevo in house y a la ampliación de dos de los que actualmente tiene operativos.
Otro de los grandes del sector a nivel europeo, la portuguesa Logoplaste, fue noticia este año por la adquisición a nivel internacional de una participación mayoritaria en el grupo polaco Masterchem, una operación permitirá a la lusa expandir su negocio y apoyar las necesidades de sus clientes en nuevos mercados, a través de soluciones flexibles para una amplia gama de botellas y tapones en Europa, añadiendo a sus volúmenes fabricados los 500 M de envases que distribuye la polaca anualmente.Fundada hace más de 25 años, Masterchem es un fabricante polaco líder de envases de PET para cosméticos, productos químicos para el hogar, productos alimenticios, farmacéuticos y suplementos dietéticos. Cuenta con una cartera de clientes muy diversificada en Europa (el volumen anual supera los 500 M ud. vendidas a más de un millar de clientes). Logoplaste registró a nivel ibérico unos ingresos de 95,1 M€ el pasado año, que espera llevar hasta los 96,3 M en éste, continuando sobre todo con su estrategia en in-house.
Más transformación para Novapet
Otra empresa en fase de expansión en el mundo de los transformados, Novapet, ha seguido dando pasos para mejorar su posición como fabricante de envases terminados. Tras completar a principios del pasado año la adquisición de la madrileña Farmaplas, adentrándose también al sector del PEAD, a finales de 2019 realizó a través de esta firma la compra de las líneas de producción de envases de PET que el grupo italiano Guala Closures tenía en su planta de Alcalá de Henares (Madrid), cerrada ese mismo año. La compañía, que también se quedó con su fondo de comercio, ha comprado las líneas de producción de envases de PET para farmacia y miniaturas para el mercado alimentario, haciéndose también con la sala limpia para el mercado farmacéutico que Guala tenía en este centro, un espacio que pasó a montar en su factoría de Fuenlabrada previa ejecución de diversas mejoras. En su conjunto, la división de transformados de Novapet espera llevar a cabo en 2020 inversiones por valor de 3,9 M€ para continuar su proceso de mejora productiva.
En el caso del grupo Alpla, sus últimas adquisiciones tienen un perfil variado. A finales del pasado año se abordó la compra de Suminco y Replacal, firmas que conformaban un conglomerado de carácter familiar especializado en la recuperación de PEAD. Ya este año, daba otra campanada con la adquisición de la barcelonesa Bopla, especializada en envases de PET y, sobre todo, PEAD, una operación que le da acceso a un tipo de cliente más interesado en tiradas cortas y productos a medida.
Envases Soplados desembarca en Portugal
También ha sido ambicioso el paso dado por la jienense Envases Soplados, que el pasado mes de febrero se hacía con la portuguesa Espaçoplas Indústria e Comercializaçao de Plásticos (Eplas), firma con sede en Marinha Grande especializada en la fabricación por inyección-soplado de envases de PET para alimentación (principal negocio), cosmética, farmacia e industria química. La firma adquirida comparte un perfil muy similar al de su nuevo propietario, al estar especializada en el desarrollo de soluciones a medida para cada cliente en productos alejados del sector de bebidas. El grupo ha pasado así de los 380 M de envases terminados anuales a unos 500 M y ya ha mostrado su disposición a seguir realizando operaciones selectivas con vistas a incrementar su red productiva, con nuevas adquisiciones que podrían ver la luz este mismo año. Entre 2017 y 2019 ha acumulado unas inversiones en activos productivos e instalaciones por valor de unos 9 M€ que han servido, entre otros, para el montaje de un nuevo almacén para producto terminado que se inauguró en el segundo semestre del pasado año, dotado de 14.000 m2 construidos, que se suma al área productiva que tiene operativa la compañía de unos 30.000 m2, sobre parcela de 100.000 m2.
Las fuertes inversiones siguen siendo una constante para las empresas vinculadas a este sector. La burgalesa Torreplas, involucrada desde hace varios años en un plan para incrementar el volumen de rPET en sus envases, tiene previsto desembolsar este año unos 4,5 M€, que se repartirán entre la finalización de su zona de almacenaje, con 2.800 m2 más dotados de estanterías con carros aliente (2,1 M€), cinco nuevas líneas de fabricación ISB de PET y una nueva inyectora para completar la gama de tapones no estándar (2,35 M€) y tres silos de alimentación de materia prima (90.000 €). Por su parte, la extremeña Resilux destinará este ejercicio 1,9 M€ para mejoras en sus instalaciones, una cifra que suma a los 7 M€ que ha sumado en los últimos 4 años para dotarse de una una capacidad anual para 1.250 M de preformas y 90 M de botellas.
Mientras, el especialista en tapones Manufacturas Inplast, que hasta hace poco gestionaba junto con Plastipak los equipos de producción de envases de Calidad Pascual en Trescasas (Segovia), tiene previsto abrir en junio una nueva planta productiva en Aspe (Alicante), donde se encuentran el resto de sus instalaciones, lo que supondrá completar un desembolso de 3,5 M€ entre 2019 y 2020, que se suman a los 4,8 M que invirtió en el bienio anterior para renovar su maquinaria industrial y desarrollar nuevos moldes para algunos de sus últimos lanzamientos. Por último, la también alicantina Grupo Seyca destinará en 2020 un total 1,2 M€, la cifra más alta desarrollada en el último lustro, con el objeto de adquirir tres nuevos equipos de soplado y ocho moldes de producción.