El Covid-19 ha puesto en jaque a nuestra sociedad y economía, y en un contexto de incertidumbre e inseguridad, el sector hortofrutícola ha sacado músculo y ha demostrado sus fortalezas, entre las que se destacan su capacidad de adaptación, de suministro a nivel nacional e internacional y flexibilidad. En tiempo récord ajustó los procesos productivos y la oferta para satisfacer a un consumidor con nuevos intereses: salud, seguridad, proximidad, productos básicos, lo digital y sostenible. De cara al futuro, la nueva Política Agraria Común (PAC) y sus objetivos marcará el mañana, que se pinta más eco y digital. A continuación un análisis en profundidad de las principales magnitudes del sector (producción, facturación, exportación, importación, consumo), así como de las últimas inversiones, tendencias y estrategias.