Los fabricantes de ingredientes alimentarios son, en buena medida, responsables de la revolución verde que vive la industria alimentaria. Productos ecológicos, sostenibles, de cercanía y, en estos tiempos, alternativas vegetales a las recetas que tradicionalmente se basaban en proteínas de origen animal. Todo ello en un contexto difícil como el actual, con movimientos inflacionistas que han tensionado las cadenas de suministro, en especial para algunas materias primas. Desde el punto de vista corporativo, ha sido un año con muchas operaciones de fusión y adquisición, en la que se ha buscado tanto fortalecerse en nichos concretos como ganar presencia directa en el mercado.1