El sector de carros y cestas vuelve a estabilizarse tras la ralentización sufrida en 2022 por el aumento del coste de las materias primas, la crisis energética o el problema del transporte, que afectó a su márgenes y terminó repercutiendo en los precios de venta, al tiempo que las cadenas de distribución desaceleraron sus inversiones en equipos para la compra. Este año, aunque continúan las fluctuaciones económicas en un entorno de incertidumbre, las compañías están tratando de revertir esta situación fortaleciendo sus iniciativas, por lo que se observa ya cierto cambio de tendencia, ligada también al cierre de nuevos contratos. Así, se espera que en 2024 el sector retorne a la senda de la confianza y la normalidad, mientras las principales empresas siguen apoyadas en la tecnología y la innovación para seguir creciendo.