La agilización del pago sigue siendo uno de los campos de ebullición del retail alimentario y en el que confluyen iniciativas desde lo más novedosas a las que hacen valer el tradicional efectivo. Entre las primeras, los titulares más recientes se han centrado en el pago facial, mediante el que el cliente se toma una foto que se compara con otra ya introducida antes en el sistema, normalmente vía app. De esta forma, se puede prescindir hasta de llevar el móvil a la hora de entrar en una tienda. La primera prueba en España con este método ha sido un proyecto piloto de dos meses de duración realizado este otoño en una de las cafeterías de la cadena Viena en Barcelona. En alimentación, el primer puesto ha sido para la tienda ‘Nestlé Market’ ubicada en la sede del grupo en Esplugues de Llobregat (Barcelona), que desde noviembre y durante tres meses realiza un proyecto de prueba. Entre las ventajas de este reconocimiento biométrico figuran la comodidad de no tener que llevar encima ningún medio de pago, la seguridad y la rapidez, si bien tiene sus detractores ya que ante una filtración o brecha de seguridad, no se puede cambiar, a diferencia de una contraseña.

En ocasiones, el problema de estos métodos es dejar al margen a la población que se maneja en efectivo o que no tiene tarjetas o acceso a internet, que, suelen ser las personas con menor poder adquisitivo. De hecho, en Estados Unidos algunos ‘Amazon Go’ han sido obligados a aceptar pagos con monedas y billetes. Una solución es la propuesta por la empresa alemana viacash, especializada en soluciones digitales para pagos en efectivo y recién llegada a España. La idea es utilizar los comercios minoristas -principalmente, supermercados- como una suerte de sucursal física de los bancos para gestionar operaciones de terceros, como bancos, comercios online o compañías de suministros. El cliente solo necesita un dispositivo móvil y una aplicación que le muestra los comercios disponibles y a través de la cual puede ordenar transacciones como retirada o ingreso de dinero o el pago de una compra online. Tras definir el importe, se genera un código de barras que, mediante la propia app o sms, correo electrónico o sistemas como Passbook o Wallet, debe presentarse en la línea de cajas de la tienda para ser escaneado.

Otras compañías, como Coinstar, quieren aprovechar la circulación de efectivo para ofrecer servicios a los supermercados; por ejemplo, con el conteo de monedas, una tarea que requiere de cierto tiempo, y la incentivación del consumo en la sala de venta a través de cupones que obtienen los clientes al canjear su calderilla en la máquina.