Los cambios en el consumo que se han vivido desde el comienzo de la crisis de la covid-19 y la necesidad de adaptar las tiendas y plataformas logísticas a las medidas de seguridad que garanticen la distancia social han llevado a las empresas agrupadas en asedas (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados) a realizar desde mediados de marzo contrataciones extraordinarias que suponen una media de entre 200 y 300 personas por cadena. A éstas, según un comunicado enviado a los medios por la asociación, hay que sumar los empleos indirectos a través de ETTs o de la industria auxiliar que, en algunos casos, superan los 1.000 puestos de trabajo. En el periodo de un mes, se han registrado índices de contratación similares a los crecimientos anuales que las cadenas han tenido en los últimos años. Los puestos de trabajo creados son, básicamente, puestos de caja, reposición, secciones de frescos en tienda, preparadores de pedidos online y carretilleros para almacenes. La mayoría de las nuevas contrataciones son temporales a tiempo completo y muchas se han extraído de las bolsas de trabajo de las propias empresas.
Además, como reconocimiento al esfuerzo extraordinario que los empleados de los supermercados están realizando en estos momentos, a su dedicación y profesionalidad, la mayoría de las empresas han establecido partidas extraordinarias de bonificaciones económicas para los mismos. Según el comunicado de Asedas, el sector de la distribución de alimentación es muy intensivo en empleo y las contrataciones han logrado mantenerse incluso durante el periodo más complicado de la crisis económica del año 2008. Los tres pilares del empleo en el sector son la estabilidad, la diversidad y las nuevas oportunidades que presenta, especialmente en áreas relacionadas con la digitalización y el medioambiente. Aproximadamente el 70% de la plantilla trabaja en tiendas, el 15% en almacenes y el 15% en oficinas.