Con el objetivo de reducir cualquier impacto negativo de su actividad en el entorno, Florette se encuentra inmersa en un nuevo proyecto europeo para mejorar la sostenibilidad de sus campos de cultivo. Así, la empresa se ha unido al Proyecto Life “ Agropaper ”, una iniciativa destinada a sustituir el plástico convencional de polietileno y el bioplástico en sus cultivos al aire libre, por el papel de celulosa en el acolchado agrícola, un material más sostenible y respetuoso con el medioambiente.
El acolchado es una técnica empleada para mantener el cultivo a la temperatura óptima y contribuir al mejor desarrollo de la planta que, tradicionalmente, se ha realizado con polietileno. Como alternativa más sostenible, se ha trabajado con bioplásticos (plásticos biodegradables y oxobiodegradables), ya que su huella en el entorno es mucho menor que la del plástico convencional. Sin embargo, sus características técnicas siguen siendo limitadas respecto a las del convencional.
Frente a estos inconvenientes, ha surgido el acolchado AgroPaper®, una solución desarrollada por Smurfit Kappa y elaborada con fibras de pino procedentes de bosques, gestionados de forma sostenible en el norte de España. Este material es respetuoso con el entorno y no hay que retirarlo tras la recolección, ya que es totalmente compostable. Igualmente, tiene un efecto amortiguador frente a los cambios bruscos de temperatura y evita el crecimiento de hierbas que ejerzan un efecto negativo directo sobre las plantas.
“AgroPaper® es 100% biodegradable y ayuda a reducir la huella de carbono. Además, es de fácil almacenamiento, mantiene sus propiedades durante varios años, en algunas ocasiones mejora el rendimiento de la plantación ya que controla mejor la temperatura evitando el sobrecalentamiento, y presenta una alta resistencia, incluso en condiciones de elevada humedad. Con todo ello, sus ventajas son múltiples, tanto para el medio ambiente como para la actividad agrícola”, asegura Iñaki Urdaci, director de marketing de Smurfit Kappa.
En este sentido, Florette se encuentra en proceso de implementación de esta técnica en diferentes campos de cultivo. En concreto, la empresa navarra realiza muestras de distintos tipos de cultivo en varios puntos geográficos de diferente climatología. Se iniciará un ensayo en 4 ha, dos en Navarra y dos en Murcia, y posteriormente ir implantándolo en el resto.
“El papel, aparentemente, conserva las mismas ventajas del plástico convencional en su aplicación en la agricultura. Además, su colocación es similar a la del método común y esperamos que aporte otros beneficios de fertilidad al suelo, gracias a su compostabilidad. Todo eso se traducirá en una mejora a nivel de sostenibilidad, tanto en la huella de carbono como en el residuo cero y la huella hídrica”, sostiene Hassen Merdassi, jefe de proyectos y desarrollo de Florette.
El consorcio del proyecto Life ‘Agropaper’ está formado por un equipo multidisciplinar de seis socios procedentes de España y Francia. Smurfit Kappa, coordinador del proyecto, cuenta con la colaboración y participación de Florette, Floreale, Grupo AN y SEAE. Por su parte, CEBAS-CSIC se encargará de demostrar el efecto positivo de la estrategia Agropaper en la salud de los suelos y su influencia sobre el sistema suelo-planta.
“Cada iniciativa que implementamos en materia de sostenibilidad supone un gran impacto positivo para nuestro entorno. En Florette somos muy proactivos con proyectos como LIFE AGROPAPER porque son fundamentales para cuidar del medioambiente, a la vez que seguimos garantizando la calidad de nuestros cultivos, en línea con los objetivos del Pacto Verde Europeo”, señala Joaquín Díez, responsable de sostenibilidad de Florette.