Alvinesa Natural Ingredients, compañía especializada en la transformación de subproductos del vino, ha cambiado de manos. Una intención que ya anunciara Artá Capital, el fondo de private equity propiedad de la familia March, a principios del pasado año, tras cuatro años en su accionariado. Finalmente, ha vendido su participación, del 36%, al fondo británico Intermediate Capital Group (ICG), a través de su filial paneuropea ICG Europe Fund. Este último también habría adquirido parte de las acciones del actual presidente y socio mayoritario de la firma manchega, Jesús Cantarero Morales, quien no obstante habría accedido a reinvertir una parte de los fondos obtenidos en la transacción y mantenerse como socio de referencia. para respaldar "la continuidad y estabilidad" de la compañía. La operación, coordinada por el banco de inversión Rothschild y cuyos detalles aún no han trascendido, calculaba el 100% de Alvinesa en torno a los 360-380 M€.
Desde 2017, cuando entró Artá en el accionariado, el ebitda del grupo Alvinesa habría crecido un 250%, de forma que en enero de 2021 se habría situado en los 22,5 M€, con previsión de alcanzar a cierre de su próximo ejercicio, en julio de 2021, los 29,9 M, a los que habría que añadir unos 10 M€ del programa de subvenciones para la destilación de vino en caso de crisis, con cargo al FEAGA.
Crecimiento del 50% en cuatro años
En su último ejercicio, cerrado en julio de 2020, Alvinesa obtuvo ventas de 61,8 M€, casi un 50% por encima de la cifra alcanzada en 2016 y con una trayectoria siempre ascendente. En ese mismo periodo de cuatro años los beneficios de explotación pasaron de 9,7 a 16 M€ y los netos prácticamente se duplicaron, desde los 6,4 M€ de 2016 a los 11,8 M obtenidos en el último ejercicio fiscal. Una parte de su actividad se desarrolla en los mercados exteriores, de forma que estos aportaron el pasado año casi el 45% de su volumen de negocio.
Alvinesa, que se define como “el mayor complejo industrial del mundo dedicado al aprovechamiento integral de la uva", se ubica en un centro de 4.000 m² en Daimiel (Ciudad Real, y su actividad "se sustenta en un modelo de negocio basado en el procesamiento de subproductos vitivinícolas (más de 250.000 toneladas en el último año), permitiendo que la industria del vino sea 100% circular y sostenible". Según la propia compañía, entre 2015 y 2020 el montante inversor ejecutado habría ascendido a unos 60 M€, de los que 25 M corresponderían a la construcción de la fábrica manchega. Para Jesús Cantarero, Alvinesa es un claro ejemplo de “aprovechamiento” del ciclo completo de la uva y un “referente en Economía Circular”. Precisamente uno de las más recientes proyectos desarrollados por la compañía fue la puesta en marcha de una planta fotovoltaica, encargada a Endesa, que le ha permitido completar el 100% de sus necesidades energéticas mediante autoconsumo y con fuentes 100% renovables. Adicionalmente, llevó a cabo la construcción de unas balsas en sus instalaciones, para un mejor aprovechamiento del agua utilizada durante el proceso productivo.
Pero además, la compañía ha sustentado su crecimiento en el desarrollo de nuevos ingredientes, como colorantes y antioxidantes de alto valor añadido, gamas de productos ecológicos y la entrada en nuevos mercados, como el del bioetanol de segunda generación. Este impulso ha sido "gracias al refuerzo del equipo directivo (entre otros, con un nuevo responsable de I+D o la contratación de tres directivos procedentes de multinacionales americanas y francesas) y a las inversiones realizadas, como por ejemplo la vanguardista planta de extractos naturales que entrará en funcionamiento en los próximos meses o la deshidratadora adquirida en 2017", concreta Alvinesa.
En cuanto al nuevo socio de la compañía, el fondo británico ICG gestiona más de 45.000 M€ con presencia en 15 países de Europa, Asia-Pacífico y América, incluyendo España, donde tiene participaciones en Grupo Garnica Plywood, Konecta, Suanfarma y DomusVi.