El sector de carne de pollo sufrió una severa corrección a lo largo de 2020, tal y como se detalla en el último Informe del Sector Avícola de Alimarket. La caída del consumo en Horeca y la falta de turistas que trajo la pandemia no pudo ser compensada por las compras en el hogar. Esto produjo un descenso brusco de los precios, que habían remontado entre finales de 2019 y principios del 2020 con un enorme esfuerzo para la industria, y la necesidad de corregir de nuevo la sobreoferta existente (la producción en vivo cayó un 5%).

Tras el verano, la situación fue mejorando con la apertura de la hostelería y unos precios más estables y las expectativas para 2021 prometían volver, al menos, a la etapa prepandémica, "con poco que llegue el turismo", argumentaban diversas fuentes del sector esta primavera. Las mismas fuentes confiaban en la ventaja competitiva del pollo sobre otras carnes, al ser más barata, versátil y con un perfil saludable, para su recuperación. Sin embargo, el continuo crecimiento del precio de las materias primas, que se está acelerando en los últimos meses, puede volver a desestabilizar una industria que adolece desde hace tiempo de falta de rentabilidad.

Nuevas alianzas para ganar mercado

Ante esta situación, las principales empresas del sector están apostando por viejas recetas, como la compra de otras compañías para ganar presencia en el mercado. Así, Vall Companys tomó el 40% de Inasur; Costa Food Group -que en 2020 entraba en el sector con la compra de una participación mayoritaria en Aviserrano- se hizo con Roler España -especialista en elaborados y precocinados frescos-; y Uvesa adquirió los activos de Cobur, cooperativa burgalesa que tuvo que cerrar tras varios años en crisis.

Mientras, Sada, que lideró el mercado hasta 2019, emprende una nueva etapa, dando por finalizada su profunda reestructuración. Así, tras firmar un nuevo contrato con Mercadona, de la que fue su interproveedor hasta 2014, ha presentado un fuerte plan inversor a desarrollar en tres año.

Se mantiene el ritmo inversor

A pesar de la crisis, el sector avícola no ha dejado de invertir, consciente de que no se puede sobrevivir sin la máxima eficiencia productiva y el desarrollo de nuevos productos de mayor valor añadido. Comercial Oblanca es uno de los numerosos ejemplos del sector, junto con Grupo Hidalgo o el mencionado Aviserrano, que sigue adelante con su gran plan inversor de 45 M€ a desarrollar hasta 2025.

Para profundizar en su desarrollo, varias empresas ya se han agrupado en un PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) con el objetivo de optar a los fondos europeos del programa 'Next Generation', con el objetivo de convertir a la industria avícola española en una de las más punteras, en términos de eficiencia, sostenibilidad y bienestar animal, del mundo. Con ello, se podría abordar el mercado exterior de un modo más sistemático -ahora varía mucho en función de la evolución del mercado doméstico- y de alto valor, basado en productos prémium, como las especies autóctonas, el pollo de
crecimiento lento o los elaborados frescos y congelados.