Family Cash estrenaba el pasado 28 de junio su hipermercado “más vanguardista”, en Finestrat (Alicante), en el que la compañía ha puesto de largo un nuevo modelo comercial con el que pretende “optimizar y mejorar la experiencia de compra” de sus clientes. En líneas generales, en este establecimiento se ha implantado un lay-out con espacios más amplios y diferenciados y se ha apostado por un mayor predominio de la luz natural, entre otras novedades. Dotado de una sala de venta de 3.243 m2, 210 plazas de aparcamiento -de las cuales ocho son para modelos eléctricos- y una plantilla de 120 empleados, su inversión ascendió a 7 M€.
En el caso de la sección de frutas y hortalizas, las diferencias con la visitada hace un año por Alimarket Gran Consumo, en Alcalá de Henares (Madrid), son notables. Así, aunque este universo mantiene su situación privilegiada en la parte central de la tienda y continúa poniendo el foco en el precio, el mismo se presenta ahora con un mobiliario renovado (parte del cual incluye espejos en su parte superior) y una nueva disposición con la que la valenciana ha querido “darle su espacio a cada sistema de venta para diferenciarlos y ponerlos en valor”, en palabras de Pablo Miró, jefe de compras de frutas y verduras de la cadena. En la práctica, las alrededor de 300 referencias hortofrutícolas que se ofertan en este centro están divididas, no solo por categoría (frutas y hortalizas), sino también por sistema de venta (granel y envasado), con contadas excepciones. De momento, este nuevo concepto solo está implantado en el citado punto de venta alicantino, aunque en breve se extenderá al hipermercado que Family Cah pondrá en marcha en Valencia capital (C.C. ‘Arena Multiespacio’), antes de que concluya este 2023.
Las hortalizas se refrigeran
Probablemente, la diferencia más significativa con respecto a los universos hortofrutícolas anteriores haya sido la incorporación de un mueble refrigerado abierto que aglutina toda la oferta de hortalizas envasadas en libreservicio, principalmente de hoja verde (lechugas, coliflor, brócoli, escarola, etc). No obstante, también se pueden encontrar otras variedades como champiñones o setas; especialidades (hierbas aromáticas); y, finalmente, tomates (en este caso tanto al peso como en bandejas). Pablo Miró explica que el objetivo es que este género “esté tan hidratado como sea posible”, para conservar y alargar su vida. Es por ello que también se ha decidido incluir aquí las frutas “más delicadas” (berries o uvas).
Por su parte, las verduras a granel se han agrupado en una mesa central que incorpora el sistema nebulizador de Acqualife (que evita la deshidratación de estas referencias y las mantiene siempre a la temperatura adecuada). Los alimentos expuestos aquí son alrededor de una docena (pimiento rojo y verde, berenjenas, pepinos, cebolletas, ajetes, zanahorias, calabacín o acelgas), separados por pequeñas planchas de metal con funciones divisorias que pueden moverse en función de las necesidades del momento. Finalmente, las hortalizas “secas” (aquellas que no necesitan frío para su conservación) disponen de una estantería propia situada a continuación de la de frío, donde conviven básicos de la cocina (patatas, cebollas o ajos), con otros tubérculos menos convencionales (yuca o jengibre).
En lo concerniente a las frutas, también se han organizado siguiendo la nueva filosofía de la compañía. Así, todo el género envasado se ha agrupado en un mueble situado en uno de los laterales (con un portafolio integrado por referencias clásicas, de temporada, cítricos -limones y naranjas- y exóticas -piña, aguacate y coco-). Por su parte, el granel se ha agrupado en un mueble ubicado en la zona central de la sección. En esta ocasión, se trata de un modelo horizontal con inclinación vertical y doble cara, en una de las cuales se encuentran las frutas más tradicionales (peras, manzanas, etc) y, en la otra, las de temporada que, en verano, principalmente serían melocotones, nectarinas, etc.
La sección se completa con sendas mesas con baldas aéreas (‘podiums’), donde Family Cash ha colocado lo que denomina “producto de impulso” (entendido aquí como de primer precio); y un par de ‘box’ de sandías y melones que son servidas directamente por el fabricante y que, el próximo invierno, serán sustituidas por calabazas.
La compañía introduce las primeras referencias ecológicas
Por último, este universo cuenta con un mural de frío cerrado y vertical compuesto por seis módulos bajo un único epígrafe: ‘refrigerado’ (en el modelo antiguo se incluía este último y un segundo denominado ‘ensaladas’). Aquí, Family Cash combina ‘clásicos’ -gazpachos o salmorejos- con artículos “más jóvenes”, pero que hoy en día ya no pueden faltar como zumos naturales, smothies, cremas de verduras, germinados, junto con ensaladas varias: desde bolsas de I gama de lechuga, escarola o rúcula, hasta ensaladas de IV y V gama con hortalizas cortadas y preparadas (calabaza, remolacha o patatas para microondas).
Además, a lo largo de este mes de septiembre estaba previsto dedicar uno de estos módulos, de forma exclusiva, a la venta de las primeras referencias ecológicas hortofrutícolas de Family Cash. Este espacio, que contará con un adhesivo identificativo, ofertará entre 25 y 30 frutas y verduras básicas (manzanas, peras, tomates, ajos cebollas, etc.), en formato bandeja reciclada y reciclable.
Por cerrar el capítulo de novedades, también en septiembre, la cadena había programado el lanzamiento de lo que denomina ‘línea ahorro’, en la que se englobarán las verduras “enmalladas” y las frutas “embolsadas”, que ya se venden a un precio inferior al del granel, pero que ahora contarán con una etiqueta propia para identificarlas. Se trata de alimentos cuya apariencia exterior no es perfecta, pero que conservan intactas sus cualidades organolépticas.