Supersol afronta tiempos de cambio tras finalizar el pasado ejercicio con fuertes pérdidas en su balance. Ya en 2018 su estrategia se centró en reorganizar su tejido comercial para obtener una mayor rentabilidad. Sin embargo, tal y como ha podido confirmar Alimarket Gran Consumo, aún cuenta con un determinado número de y las 30 unidades que mejores resultados presentan ofrece un saldo negativo a favor de las primeras. La propuesta de la empresa a los sindicatos consiste en una reestructuración de la red, con el cierre de los supermercados más deficitarios y de secciones de pescadería. Y es que, según la empresa, es“una sección que tiene una productividad muy baja” y, aunque en algunas tiendas ha sido demandada por los clientes, en algunos casos “los costes de gestión superan a los beneficios que reporta”.
La dirección de Supersol, al frente de la cual se encuentra Vygintas Sapokas, transmitió a los gerentes de 195 establecimientos el pasado 2 de abril el interés del accionista de la cadena, la lituana Maxima, en dar un giro a la compañía y realizar inversiones para que “recobre la competitividad”. Para ello, cuenta con un plan que pasa por la transformación de tiendas, la mejora logística y la reducción de la pérdida desconocida. No obstante, “es necesario”el cierre de los puntos de venta menos rentables, ya sea por su ubicación, su funcionamiento interno o el incremento de la competencia, además del reajuste de los horarios “para una mejor organización”. Aunque la compañía aún no dado detalles, puesto que se ha iniciado el periodo de negociación con la plantilla que determinará el número exacto de afectados por el ERE anunciado, Supersol continúa con las reformas que ya iniciadas al comenzar 2019 y está trabajando en la simplificación y reorganización de los procesos de tienda, que podrían derivar en cambios en el surtido. Ya el pasado año, la cadena se sumó a la tendencia bio con la introducción en algunos de sus supermercados de referencias ecológicas.
Todo ello con el fin de situar al grupo en la senda del beneficio, tras registrar pérdidas superiores a 9 M€ el pasado ejercicio. Esto supone un retroceso a niveles anteriores a 2016, periodo en el que obtuvo un resultado neto negativo de 6,6 M. Además, implica un nuevo paso atrás tras la reducción de pérdidas que venía experimentando, dado que en 2017 -último ejercicio disponible en el Registro Mercantil-, situó sus pérdidas netas en 1,31 M, desde los 41,6 M negativos de 2014 o los 37,7 M que perdía cuando Maxima se hizo con la cadena en 2012.
Aunque Andalucía, comunidad de origen de Supersol, sigue siendo el principal mercado para la distribuidora, en 2018 concentró sus aperturas en la Comunidad de Madrid, en la que inauguró siete supermercados (2.665 m2 en total), mientras solo incorporó uno en Sevilla. Además, reformó una decena de tiendas, repartidas por las provincias de Cádiz, Málaga, con tres unidades en cada una, Sevilla, Ávila, Madrid y Melilla. Tal y como recoge el último informe sobre distribución alimentaria en Andalucía elaborado por Alimarket, Supersol mantenía el liderazgo en esta última ciudad, aunque el desembarco de Mercadona en el mercado melillense redujo su participación 3,5 puntos respecto a 2017. En el conjunto de Andalucía, la distribuidora se situaba en séptima posición, con una cuota del 4,7%. En Málaga, su principal mercado, controlaba al cierre del año una cuota del 10,3%, lo que le otorgaba la cuarta plaza en el ranking provincial.
Por otra parte, Supersol echó el cierre a media docena de supermercados (3.162 m2) y del hipermercado (1.814 m2 de PGC) que gestionaba en Utrera (Sevilla), de forma que registró un saldo neto negativo de 3.336 m2 en su sala de venta global. En concreto, finalizó el ejercicio con una red integrada por 196 supermercados que reunían una superficie de 154.390 m2, un 2,1% por debajo del periodo anterior.