Entre las principales tendencias que se observan a nivel internacional en relación al vino, destacan el incremento de la demanda de blancos y espumosos -más afrutados y refrescantes- y la apuesta por el valor añadido, incluyendo el interés por las variedades autóctonas.
Y es por ello que algunas de las principales DO españolas, por su volumen de comercialización y por su fuerte internacionalización, como son Rioja, Cava y Ribera del Duero, están acometiendo precisamente cambios en sus respectivos reglamentos para adaptarse a estas tendencias.
Así, el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero acaba de anunciar la aprobación de la elaboración y comercialización bajo su sello de vinos blancos, que tendrán como protagonista la uva autóctona albillo mayor. En la presentación, Enrique Pascual, Presidente de la DO Ribera del Duero, ha detallado que "el proceso ha llevado años y ha exigido rigurosos estudios, informes y auditorías externas que finalmente nos han permitido anunciar que a partir de las próximas semanas se podrán entregar las contraetiquetas de Ribera del Duero a aquellos vinos blancos elaborados con albillo mayor que cumplan los requisitos recogidos en el reglamento".
Además, se ha simplificado el listado de contraetiquetas, tanto de rosados y blancos como de tintos, para facilitar su reconocimiento por parte de los consumidores.
Algunas de las bodegas que ya están elaborando vinos blancos con esta variedad de uva son El Lagar de Isilla, Explotaciones Valduero, Bodegas Félix Callejo y Bodegas López Cristóbal, entre otras.
Precisamente los vinos blancos fueron una importante apuesta de Rioja hace unos años y son de hecho los que mejor comportamiento tuvieron el año pasado a nivel nacional, de forma que suponen ya el 5% del volumen total de la mención vinícola. El siguiente paso para la DOC Rioja ha sido la certificación, por primera vez, de vinos espumosos (blancos y rosados), que deberán elaborarse con cualquiera de las variedades autorizadas y siguiendo el Método Tradicional, con segunda fermentación en botella. Cabe mencionar que un cierto número de bodegas riojanas ya tienen experiencia en este tipo de vinos, dado que elaboran espumosos pero amparados bajo la DO Cava, ya que La Rioja es una de las zonas geográficas, fuera de Catalunya, donde se pueden certificar espumosos bajo esta mención.
La DOC Rioja está además impulsando en su Plan estratégico nuevas referencias para la clasificación de sus vinos (de Zona, de Municipio y Viñedo Singular), un ejemplo que ha seguido precisamente la DO Cava, quien está en estos momentos desarrollando medidas para poner en valor la mención, que incluyen la zonificación y la delimitación de subzonas; la potenciación de las garantías de calidad y control (con más exigencias normativas para los cavas de alta gama); y el incremento del presupuesto para acciones promocionales.
Según datos de la consultora Nielsen, el 37% de las ventas de vino con DO en España corresponden a la DOC Rioja, quien acumula también el 31% de las exportaciones en volumen de vinos españoles amparados bajo una mención de calidad. El Consejo Regulador de esta mención cifra el volumen de vino comercializado en 2018 en torno a 166,9 Ml (-5,1%) en el mercado nacional y 96,45 M en los exteriores (-11%), lo que situó las ventas totales en 263,3 Ml (-7,3%).
La DO Cava, por su parte, constató una producción de 244 M de botellas, un 3,2% menos que un año antes (si bien 2017 fue un año récord en producción), de las cuales el 67% se exportaron (+1,8%) y el 33% se quedaron en el mercado nacional (-12%). No obstante, datos de Nielsen aportados por el Consejo Regulador estiman que el consumo de cava en nuestro país mejoró ligeramente (+0,3% en volumen y +2,9% en valor).
En cuanto al Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, en 2018 entregó unos 79,4 M de contraetiquetas (un 20% menos que un año antes, si bien se trató de una campaña histórica, que alcanzó los 97,8 M).