El sector agroalimentario de cítricos español acoge una nueva operación de agribusiness con la entrada de los fondos de inversión GPF Capital y Label Investments -vehículo inversor de Alexandre Pierron-Darbonne, presidente y accionista de Planasa - en el accionariado de los grupos Fruxeresa y Frutas Naturales, especializados en la manipulación y comercialización de mandarinas, naranjas y caquis. Aunque no ha trascendido el porcentaje de participación adquirido, las familias fundadoras y gestoras de ambos grupos “continúan como accionistas con una posición significativa del capital”, según el comunicado oficial remitido.
La operación supone la creación de una nueva empresa bajo la cual operarán de forma conjunta financieramente las dos empresas citadas y una tercera vinculada al grupo Frutas Naturales: Bici Bio Nature, dedicada a la producción y comercialización de producto ecológico. En suma, todas ellas comercializan en la actualidad más de 210.000 t de fruta al año, con un porcentaje de exportación global del 90%. De momento, estas compañías continuarán funcionando operativamente de forma autónoma.
El objetivo de la operación, según fuentes consultadas por Alimarket, es “ganar tamaño: a mayores dimensiones, mayores instalaciones y mejores servicios". En este contexto, ambos grupos han destacado los proyectos de inversión en los que ya están inmersos. Por un lado, Frutas Naturales ha puesto recientemente en marcha un nuevo centro logístico en Francia para labores de picking. Por otro, Fruxeresa mantiene en construcción una nueva planta en Alzira con la que prevé incrementar su capacidad productiva, con una inversión asociada de unos 20 M€, según las mismas fuentes.
Desde el punto de vista económico, el grupo nace con una facturación global que ronda los 130 M€. Por un lado, la murciana Frutas Naturales -hasta la fecha, en manos de la familia Marín Cánovas- concluyó el ejercicio 2018 con ventas netas de 37,04 M€; cifra a la que hay que sumar los 9 M€ ingresados por Bici Bio Nature. Por su parte, Fruxeresa -propiedad de la familia Castelló Maya-, con sede en el municipio valenciano de Xeresa, alcanzó los 83 M€ de facturación en el ejercicio cerrado a 30 de agosto de 2019.
Pese a que fuentes citrícolas hablan de crisis en el sector -como consecuencia de una gran sobreproducción, la caída de la exportación y la fuerte competencia de países terceres en Europa-, lo cierto es que el interés de los fondos de inversión por empresas familiares especializadas en estas frutas sigue creciendo. Ya sucedió con el fondo Miura y su entrada en Martinavarro, Perales y Ferrer y Río Tinto, dando lugar el grupo Citri&Co; y el fondo Atitlan, que en octubre comunicaba la adquisición de Frutas Romu para impulsar la expansión del grupo y reforzar su posición en el mercado. También se rumoreó a comienzos de 2019 el interés mostrado por otros fondos hacia la compañía Bollo.
Ante este contexto, la reciente operación de GPF no será la última, ya que se trata de un sector con grandes oportunidades y en el que se puede seguir aportando más valor. Y esto es posible con productos con más calidad, siendo necesario seguir invirtiendo en el desarrollo y cultivo de nuevas variedades; más producción ecológica, cuya demanda en Europa crece cada año; más inversión para mejorar las estructuras de trabajo y ser más competitivos; o trabajar la internacionalización y la llegada a nuevos mercados. Y para ello se están tejiendo estrategias 360º, dando lugar plataformas verticales e integrales para todo el proceso, desde la producción hasta la distribución de la fruta.