La particularidad del modelo de negocio de la cooperativa granadina Covirán hace que la zona destinada a frutas y verduras en su red de tiendas pueda variar en función del punto de venta del que se trate. No en vano, Covirán, segunda cadena nacional por número de establecimientos, se caracteriza por ser la enseña más numerosa en localidades con menor densidad de población. De hecho, a cierre de 2020, se erigía como la única opción de compra en 348 localidades con menos de 5.000 habitantes. No obstante, estas circunstancias no son óbice para que la compañía mantenga su premisa de que “los productos frescos, en concreto la sección de frutas y hortalizas, es el pilar en nuestros supermercados de proximidad”, según indica Esteban Gutiérrez Lizancos, director de Frescos de la compañía. Para este directivo, esta cercanía “nos lleva a estar siempre preparados y atentos a las necesidades y gustos cambiantes de los consumidores”.
Esta cercanía, asimismo, lleva a la cadena a trabajar con los proveedores, según puntualiza Gutiérrez Lizancos, “a través de una comunicación directa, una relación basada en la confianza y la profesionalidad. Muestra de ello es la colaboración con empresas de semillas y agricultores para el cultivo de variedades específicas de frutas y hortalizas”. El pasado ejercicio, la granadina adquirió frutas y verduras a un total de 446 proveedores, de los que 395 son españoles y 51 portugueses. En el mismo periodo, la venta en origen a través de sus 29 plataformas de distribución alcanzó el 90,5% del total de operaciones, “lo que supone una subida del 3,7% respecto al ejercicio anterior”, añade.
El director de frescos de Covirán señala que, “en nuestros supermercados, las frutas y hortalizas son la sección más visible y accesible, y los socios refuerzan su importancia con tareas de prescripción en el mejor uso y consumo de estos productos”. Alimarket Gran Consumo ha constatado este extremo con la visita a uno de los últimos establecimientos inaugurados por la cadena. Se trata del ubicado en la población abulense de Sotillo de la Adrada, inaugurada el pasado mes de mayo, con una sala de venta de 299 m². La tienda, que cuenta con las secciones atendidas de carnicería y charcutería y las de frutería y panadería en libre servicio, se convierte en un claro ejemplo de la apuesta de la enseña en sus establecimientos, ubicados en buena medida en zonas rurales. Esto supone, en cierta medida, un hándicap, ya que, como reconocen desde la propia empresa, “en la mayor parte de los pueblos, la gente está acostumbrada a hacer la compra de estos productos en la frutería de toda la vida e incluso en los puestos ambulantes que se instalan semanalmente”.
En el establecimiento sotillano, con el objetivo de ofrecer a los clientes una compra completa, se ha incluido la sección de frutas y hortalizas, ubicada a la entrada del autoservicio, de forma que el cliente debe pasar por ella a la hora de hacer la compra. Actualmente, el número de referencias no es especialmente elevado, si bien el objetivo es poder incrementarlo una vez el supermercado consolide la sección y capte aquellos clientes que por el momento continúan abasteciéndose de frutas y verduras en tiendas especializadas.
En la disposición de los productos, una isla central aglutina en uno de sus lados las frutas. Comparten así espacios las frutas de temporada (melón, sandía, frutas de hueso como nectarina, paraguayo o albaricoque), con plátano y otras habituales como manzanas, peras o naranjas, y exóticos como piña y kiwi. A su espalda, se sitúan patatas y especias y legumbres a granel. A su alrededor, dispuestos en forma de L, los estantes acogen las verduras y hortalizas, tales como pimientos, cebollas, berenjenas, pepinos, calabacines, tomates, repollo, coliflor o espárragos, entre otros. Además, en esta zona se ubican los limones y los aguacates. Todo ello en libre servicio, que se pesa en el paso por caja.
Una vez se avanza en el supermercado, un mueble de frío comercial cuenta con algunas referencias más, como puerros y cebolletas, si bien la mayor parte se presenta envasada, como zanahorias, maíz, remolacha, lechugas, acelgas, brócoli, endivias, pimiento y champiñón, así como otros productos de IV y V gama (ensaladas, guacamole, tomate rallado y referencias con base de hortalizas, como ensalada de pimientos). En el caso de la IV y V gama, según señalan desde el propio supermercado, cada vez hay mayor demanda, especialmente en verano, por la “comodidad que supone en la organización de las comidas semanales y, sobre todo, si hay que dejar preparado un menú para los mayores”.
En los últimos años, los hábitos de consumo han ido cambiando paulatinamente, si bien la irrupción de la pandemia ha acelerado esta transformación. En opinión de Esteban Gutiérrez, “el incremento de frutas y verduras está basado en la comunidad de su consumo; los clientes cocinan más y consideran imprescindible esta sección, destacando la salud, el origen y la proximidad de los mismos”. Todo ello deriva, añade, en “una compra consciente que sustituye momentos gratificantes con snacks saludables, de calidad y sabor”. En 2020, según datos de la propia compañía, las frutas y hortalizas experimentaron un notable crecimiento, del 22,5% en valor. De hecho, puntualiza Gutiérrez, “la facturación de frutas y hortalizas en 2020 ha alcanzado el 12,75% de la venta bruta bajo enseña”.
En cuanto a la evolución de la categoría en lo que llevamos de año, Covirán señala “las uvas sin semilla, sandía y melón y los productos tropicales, donde el aguacate sigue siendo el rey, y el kiwi ‘gold’”. En el caso de las verduras y hortalizas, indica que “han disminuido las ensaladas completas, en favor de la familia de la lechuga, en sus diversas variedades, especialmente aquellas que han mejorado el sabor y su aspecto.