Con unos presupuestos ajustados en sus compras de alimentos, debido a la inflación y otras dificultades económicas, los consumidores se refugian en los productos que conocen. El interés por los nuevos productos y la innovación está lejos de haber desaparecido, pero se enfrenta a la reticencia de las familias a gastar dinero en alimentos que podrían no gustarles. Por eso, basar la innovación en el sector de yogures en introducir sabores que ya son tradicionales y conocidos en otras categorías podría ser una estrategia de crecimiento ideal. Inspirarse en sabores de bebidas, cereales o aperitivos populares puede hacer que las novedades en el sector de yogures resulten sugerentes y familiares a la vez. Buen ejemplo de ello pudo ser el lanzamiento, en 2022, de un yogur Yoplait bajo en grasa y aromatizado con cereales Trix [1] en el mercado estadounidense.
Esta familiaridad despierta también un sentimiento de nostalgia atractivo para la Generación Z. Volver a ver los sabores favoritos de la infancia en un nuevo formato genera sensaciones positivas y funciona bien como argumento para llegar a las redes sociales.
Aunque la fusión de sabores y formatos de otras categorías alimentarias aúna innovación y tradición, los yogures deben satisfacer también la demanda de beneficios para la salud de los consumidores. La nostalgia puede resultar atractiva, pero solo si encaja con las principales motivaciones de compra de yogures.
Gracias a su alto contenido en calcio, el yogur puede contribuir a la prevención de la osteoporosis y ayudar a resolver problemas intestinales relacionados con la edad. Unos atributos que las marcas podrían destacar más en sus envases, para que los consumidores de mayor edad los tengan bien presentes a la hora de adquirir el producto.
En línea con la tendencia de Mintel Thriving with Age (Florecer con la edad), que anima a los consumidores longevos a mantener un estilo de vida activo y tener una visión de futuro positiva, las marcas pueden dirigir mensajes sobre los beneficios de sus productos en el proceso de envejecimiento a los compradores seniors.
En Japón, el yogur líquido Yukijirushi Megmilk [2] incorpora en su fórmula beta-lactolina, un ingrediente patentado por Kirin Holdings, que contribuye al mantenimiento de la memoria durante el periodo de envejecimiento.
A pesar de la escasa innovación en el sector de yogures, se mantiene un cierto dinamismo en los lanzamientos de yogures hiperproteicos o ricos en proteínas. En todo el mundo, la declaración de “alto contenido en proteínas/proteínas añadidas” es el segundo mensaje más recurrente en los nuevos envases de yogur (18%), después del de “bajo/menor contenido en grasas/sin grasas” (28%) y justo por delante de la declaración “sin aditivos/conservantes” (16%). Sin duda, el hecho de que los consumidores se sientan cada vez más atraídos por alimentos con alto contenido proteico está ayudando a que se mantenga el interés global por la categoría del yogur.
La innovación en yogures ricos en proteínas está impulsada en parte por el yogur griego. En la región Asia-Pacífico todavía no ha decaído la moda del yogur griego; en Nueva Zelanda, por ejemplo, el yogur griego con feijoa (fruta originaria de América del Sur) de la marca Meadow Fresh [3] utiliza un cultivo originario de la isla griega de Creta.
En general, la innovación en yogures líquidos y sólidos está disminuyendo, siendo la introducción de nuevos sabores la que más rápido decrece.
La innovación en sabores puede ser arriesgada, ya que requiere un compromiso de inversión en investigación y desarrollo y en marketing para el lanzamiento comercial. Algunos distribuidores pueden pedir a los fabricantes que retiren líneas existentes para dar cabida a las nuevas variedades, lo que aumenta todavía más el riesgo. Sin embargo, más de una cuarta parte de los consumidores europeos buscan nuevos sabores siempre o casi siempre.
Mintel recomienda dotar de mayor atractivo, interés y valor a sabores tan extendidos como la fresa y la vainilla, aportando algún elemento adicional que atraiga a los consumidores.Texturas diferentes, garantías de procedencia, nuevas experiencias gustativas, presentaciones y personalidad figuran entre las opciones con mayor potencial.
En 2023, Müller [4] entró en el segmento de productos veganos en Reino Unido con el lanzamiento de postres plant-based de arroz con leche y yogures con topping, dentro de su línea Corner. Esta entrada se produjo, además, en un momento en que la cuota de postres refrigerados con declaraciones veganas y plant-based estaba disminuyendo en el país anglosajón. De todas formas, este tipo de postres sigue teniendo potencial, ya que a cuatro de cada diez consumidores británicos de productos lácteos (un 42%) les gustaría que sus marcas favoritas lanzasen nuevas variedades no lácteas.
En Estados Unidos, sin embargo, sólo un tercio (32%) de los consumidores considera que los yogures no lácteos son más saludables que los lácteos. Está claro que las marcas fabricantes de yogures sólidos plant-based tienen todavía margen para ampliar su gama de productos con perfiles nutricionales mejorados y que ofrezcan beneficios funcionales para la salud, incluidas las formulaciones bajas en grasas y colesterol. También queda espacio para promover los beneficios energéticos derivados de la reducción de alimentos de origen animal.
Entre las marcas que promocionan con éxito sus cualidades saludables figura el yogur no lácteo con nueces de pili Lavva, formulado sin azúcares añadidos, que aporta 50.000 millones de probióticos por tarrina. Otros ejemplos son el yogur tailandés de leche de soja fermentada con ciruelas Rivon SoYgurt [5], que no contiene colesterol, lácteos, lactosa o gluten, y el yogur vegano de coco y granola de la marca polaca Planton [6], que incorpora inulina de achicoria para estimular los movimientos peristálticos y contribuir con ello al buen funcionamiento intestinal.