La aguda y prolongada crisis que está padeciendo el sector cementero en España ha impulsado el acuerdo alcanzado el pasado verano entre Cemex España y Holcim España , por el que el grupo mexicano tomará el control de los negocios de la multinacional suiza en nuestro país. Una vez la operación reciba el visto bueno de las autoridades de Defensa de la Competencia, lo que previsiblemente ocurrirá antes del próximo abril, Cemex tomará el 75% del capital de la sociedad resultante de la integración, mientras Holcim quedará con el 25% restante. Así, se erigirá en el líder indiscutible del sector, con una amplísima -y en estos momentos muy sobredimensionada- capacidad instalada y una cuota productiva ligeramente superior al 23% del conjunto sectorial , según recoge el último Informe de Cemento publicado recientemente por Construcción Alimarket .
Por tanto, Cementos Portland Valderrivas , que continúa de momento encabezando el sector con una cuota del 18,7% de valor de la producción, frente al 14,2% individual de Cemex España, pasará a ocupar la segunda posición . Esos datos no recogen ya la producción de su antes filial Cementos Lemona (1,6%), que fue vendida a la multinacional irlandesa CRH en febrero de 2013. Como contrapartida de esa operación, CPV recibió el paquete accionarial del 26,4% que tenía CRH en Corporación Uniland , con lo que el grupo español tiene ahora el 100% de la misma.
También el resto de los principales actores del mercado , Lafarge , Tudela Veguín , Noroeste , FYM , Molins , La Unión y Balboa , han continuado aplicando, en mayor o menor grado, medidas de ajuste productivo como paralización total o parcial de plantas, recortes de plantilla o simplificación de estructuras societarias . Y es el que el mercado interno no deja de caer (bajada del consumo del 20% en 2013 y previsión de descenso del 8% en 2014) y sitúa la demanda interna en niveles de los años sesenta y de países subdesarrollados. Sólo las exportaciones, que se han elevado de las 1,1 Mt de 2007 a las 6,7 Mt en 2013 (+8%), aportan una vía de salida para una industria que, con una sobrecapacidad instalada del 70%, está sufriendo un deterioro inusitado de sus cuentas de resultados.