Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las empresas relacionadas con la construcción es la falta de financiación y liquidez para pagar facturas, nóminas e invertir en nuevos proyectos. De hecho, compañías que antaño eran solventes y con futuro, hoy en día les cuesta continuar con su negocio debido a las dificultades económicas que atraviesan tanto ellas como el país. A la falta de nuevas líneas de crédito hay que añadir el hándicap que afrontan aquellas sociedades que se endeudaron en los tiempos de bonanza y que ahora, en tiempos de crisis, no pueden cumplir con sus condiciones de pago actuales. Por estos dos motivos no pocas empresas pertenecientes al sector constructor se han visto obligadas a entrar en concurso o a echar del cierre. Sin embargo, durante 2014 y los primeros meses de 2015, una quincena de grandes constructoras, promotoras, distribuidoras y fabricantes de materiales han hecho frente a este escenario y han despejado su futuro tras lograr el apoyo de sus acreedores para conseguir nuevos créditos y renegociar sus deudas.
En este sentido, el inicio del nuevo año parece que ha sido beneficioso para Acciona, Ferrovial y Roca, que han visto cómo se llenaban sus arcas tras obtener tres créditos cuantiosos. El grupo Acciona, a través de su filial Acciona Financiación, suscribía en marzo con un sindicato integrado por 19 bancos un contrato de financiación por un importe total de 1.800 M€. En ese mismo mes, Ferrovial anunciaba la ampliación de su línea de liquidez desde 750 M a 1.250 M a cinco años, continuando así con su estrategia de extender plazos y reducir costes de financiación. Mientras, la multinacional catalana Roca logró en enero un crédito sindicado de 375 M€ para refinanciar su endeudamiento y dotarse de los recursos necesarios para afrontar una nueva fase de crecimiento y eventuales compras. Este préstamo, que vencerá en diciembre de 2020, sustituye el que Roca firmó en 2009 y renegoció en 2011.
Por otra parte, la asturiana GAM ha sido una de las últimas compañías en reestructurar su pasivo. La firma anunció el pasado abril que había llegado a un acuerdo con once bancos (que representaban el 92% de sus acreedores) para refinanciar unos 272 M€, reduciendo así su pasivo a 120 M€. Esto supuso la toma de control por parte de la banca del 75% del capital social de la sociedad (aunque se dará continuidad al actual equipo directivo de la compañía) y también la concesión por parte de las once entidades financieras de 4,5 M€ a GAM para acometer futuras inversiones. Prácticamente un año antes, el grupo constructor y de servicios FCC cerraba la reorganización de su deuda principal, que ascendía a 4.512 M€ (el 75,5% del total). De esta forma, FCC conseguía la completa novación de distintos créditos por un nuevo préstamo sindicado a largo plazo alineado con los objetivos del Plan Estratégico del grupo, ampliaba su vencimiento hasta 2017 y abría la posibilidad de convertir 1.350 M€ de este pasivo en capital de la compañía.
En el primer trimestre de 2014, Quabit Inmobiliaria culminaba con éxito la refinanciación de su déficit financiero al conseguir la adhesión de sus entidades acreedoras para cancelar éste en 497 M€ y rebajarlo hasta los 317 M. Asimismo, la reestructuración incluía un acuerdo con la Sareb, a la que adeudaba en ese momento 237 M, por el que refinanciaba determinadas posiciones acreedoras hasta 2016. La promotora lograba además una inyección de liquidez de 6,2 M y que se le liberaran activos que estaban como garantía de préstamos por valor de 86 M para que pudiera atender otros compromisos económicos y gastos. También redujo su deuda financiera el grupo de instalaciones Ezentis, que a finales del año pasado pactó con el Santander la reestructuración de los 17,3 M que le debía, lo que le permitió a la compañía disminuir un 39% el total de su endeudamiento con los bancos y un 3,4% el total de su déficit. Asimismo, y a lo largo de los últimos años, el Grupo de Inversiones Noga ha conseguido conseguido disminuir en un 60% el endeudamiento de su área inmobiliaria, hasta situarlo en unos 500 M€.
Más allá de la refinanciación
Actualmente, es habitual que las refinanciaciones lleven asociadas de forma paralela al proceso determinadas daciones en pago que desencadenan en las empresas una serie de cambios operativos. En este sentido, el grupo Sanjosé se centrará a partir de ahora en la que había sido su actividad tradicional, la construcción, tras alcanzar un pacto para reestructurar su deuda, que actualmente asciende a unos 1.626 M. Y es que este acuerdo implica que el grupo ceda a los acreedores el 100% de su filial Sanjosé División Inmobiliaria, que aglutina el negocio promotor e inmobiliario, a cambio de buena parte de su pasivo asociado (unos 750 M).
Además, Alfonso Gallardo tuvo que desprenderse de su planta integral de cemento A.G. Cementos Balboa y de su industria papelera Papresa en 2014. Ambas operaciones se encuadraban dentro de su contrato de refinanciación con la banca acreedora mayoritaria y la firma de capital-riesgo KKR. De esta forma el grupo rebajaba su déficit en unos 500 M€ y se especializaba en la fabricación y comercialización de productos siderúrgicos. Mientras, Copisa, que recibió a finales de julio de 2014 el visto bueno a su propuesta de refinanciación (que estipulaba básicamente un plazo de vencimiento de su pasivo en cuatro años y un contrato 'factoring sindicado' por 15 M), tuvo que traspasar a su banca acreedora varios de sus proyectos. Entre ellos destaca el desarrollo de 'Los Merinos', en Ronda (Málaga), donde preveía edificar 800 viviendas y varios campos de golf.
Varias compañías esquivan el concurso
Según el INE, solamente en 2014 un total de 1.493 sociedades pertenecientes al sector de la construcción acabaron en fallido. Sin embargo, durante el último año varias compañías que se encontraban en preconcurso esquivaron la suspensión de pagos gracias a que consiguieron el apoyo de sus acreedores para reorganizar su pasivo. En esta situación se enmarca la promotora y constructora bilbaína Jaureguizar Promoción y Gestión Inmobiliaria, que desde junio ya puede continuar con su cartera de obras, que en 2013 se cifraba en cerca de 800 viviendas en ejecución en Euskadi. Asimismo, la ingeniería Inypsa y la fabricante de tubos y perfiles de acero Condesa evitaron el año pasado la situación concursal tras estipular con sus entidades acreedores la refinanciación de su deuda, que ascendía a alrededor de 17 M€ (déficit financiero) y 300 M€, respectivamente.
Por último, los accionistas del grupo cotizado Amper, en preconcurso de acreedores desde diciembre de 2014, aprobaron en marzo la propuesta de reestructuración del pasivo de la compañía y una ampliación de capital. El plan suponía canjear acciones por deuda, por un importe de 113 M€, y mantener como préstamo garantizado 15 M€. Con esta operación, Amper buscaba transformar su deuda financiera en España de 120 M€ en 185 M de acciones.