La construcción industrializada busca su hueco en el tradicional sector constructor, al que pretende transformar con su particular revolución 4.0. No obstante, en este camino debe convencer a promotores, constructores, arquitectos y usuarios de las numerosas bondades que pueden aportar estos procesos digitalizados, planificados y controlados. Este esfuerzo se está viendo recompensado y la industrialización gana seguidores, que esgrimen la sostenibilidad y el ahorro de costes y de plazos de ejecución como los principales argumentos a su favor. Así, los proyectos se multiplican tanto en viviendas unifamiliares, como en promociones de pisos build to rent (BTR) pero también en hoteles, residencias de estudiantes y geriátricos. En consecuencia, buena parte de las fabricantes incrementan sus inversiones e incorporan nuevas líneas productivas automatizadas, que puedan satisfacer el aumento de la demanda.