El sector de la construcción en España cerrará 2017 aumentando por segundo año consecutivo su producción. Para 2018 las previsiones apuntan a que el crecimiento podría superar el 3%. ¿Qué ha cambiado para que un sector que acumuló ocho años de caídas empiece ahora a crecer? Estos cuatro factores están marcando la recuperación de la edificación residencial, que vuelve a ser el motor de la construcción en España:
-Ajustes, eficiencia y transparencia. La crisis ha provocado que la mayoría de las empresas del sector se hayan tenido que redimensionar a la nueva demanda. Las grandes obras faraónicas, que acababan en manos de las grandes constructoras, han dejado paso a contratos de mucho menor tamaño. La administración se ha vuelto más transparente en la adjudicación de contratos. También ha contribuido al crecimiento de las pequeñas y medianas empresas que las grandes constructoras e ingenierías hayan emigrado al exterior en busca de mayores contratos.
-Mejora la economía, aumenta el consumo. Es obvio que la mejora de la economía favorece el consumo. El gasto en la reforma y rehabilitación de vivienda para aquellos que no puede acceder a una propiedad nueva ha crecido en los últimos años (rondando los 2.500 M€ en 2015 y 2016). Además, la banca ha liberado suelo y viviendas que tenían en su poder por la quiebra de muchas promotoras y lo ha hecho a precios por debajo de mercado, por lo que aumenta la compraventa de segunda mano y la compra de suelo para acometer nuevos proyectos.
En estos años de crisis, muchos potenciales compradores de vivienda de obra nueva han demorado su decisión hasta que ha mejorado la economía y han notado que los precios vuelven a subir al tiempo que aumentaba la oferta. Sin embargo, desde el sector se apunta a que esta demanda tiene los días contados si no se mejoran los salarios y se facilita el acceso de los jóvenes al mercado laboral.
-Capital extranjero en el mercado inmobiliario. Sin la llegada del capital extranjero, ante la falta de financiación bancaria, sería imposible explicar el repunte de la edificación residencial. En casi todas las promotoras que actualmente acaparan la oferta inmobiliaria -sólo las 60 principales compañías construirán más de 60.000 nuevas viviendas hasta 2020- aparece un fondo de inversión. Es el caso de Neinor, Vía Célere, Aelca, Quabit, Monthisa, Aedas, Inmoglaciar, Momentum, Q21, Gestilar, Activum, que han dado entrada en su capital a estos inversores o se han aliado con ellos para determinados desarrollos.
-La obra pública se recupera. El control del gasto impuesto por el Gobierno para someterse a las directrices comunitarias ha reducido considerablemente la obra pública en los últimos años. Sin embargo, en 2017 la licitación ha vuelto a crecer tras tocar suelo impulsada por administraciones locales y comunidades autónomas. La colaboración público-privada en la inversión en futuras infraestructuras sin duda deber apuntalar este crecimiento.
Estas son algunas de las principales conclusiones del Informe sobre las 1.000 Primeras Constructoras y Promotoras españolas, que recoge un ranking con estas empresas en función de su facturación en 2016 y repartidas en cinco grandes bloques: constructoras dedicadas a la obra civil, edificación y rehabilitación (con ACS, Ferrovial, OHL, Acciona y FCC al frente); constructoras centradas en la construcción industrial y ejecución y mantenimiento de instalaciones (encabezado por ACS, Elecnor, Sacyr Industrial, Duro Felguera y Veolia España); promotoras inmobiliarias (con Sabadell Real Estate, Altamira Santander Real Estate, Neinor, Carrefour Property España y TM Grupo Inmobiliario al frente de este ranking); empresas dedicadas al alquiler, gestión y venta de activos inmobiliarios (liderado por Criteria Caixa, Sareb, Testa, Anida y Merlin): y empresas dedicadas a la gestión de viviendas en desarrollo (con Domo, Arrasate, Aliaria, Inmoglaciar y Arjusa a la cabeza en función de las viviendas entregadas por estas gestoras en 2016).