El grupo asturiano de instalaciones industriales Duro Felguera sigue inmersa en su prolongada crisis y esta semana sigue escribiendo nuevas páginas en la búsqueda de soluciones a su situación. Por un lado, la firma negociaría ya con la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) su posible entrada en el capital junto a ayudas públicas para reflotar la compañía. Esta actuación estaría recogida en el decreto aprobado en julio para ayudar a las empresas afectadas por el Covid-19, que incluye una nueva línea de avales públicos y la creación de un fondo de rescate para empresas estratégicas.
Por otro lado, la firma habría presentado a la SEPI un expediente de regulación de empleo (ERE) para cerca del 20% de la plantilla. Esta medida será aplicada a partir de octubre, cuando finalice el ERTE para 672 personas aprobado el pasado abril. Este anuncio llega justo en una semana convulsa salpicada por el despido fulminante de varios altos directivos de la compañía como Javier García Laza y Alfonso Gordon. Asimismo, el consejo de administración ha encargado a KPMG un informe 'forensic' para que investigue posibles malas prácticas contra el valor de la acción.
En 2018, Duro Felguera logró un acuerdo con la banca acreedora para la reducción y capitalización de la deuda y su amortización en un plazo de siete años. Sin embargo, en julio pasado este acuerdo saltaba por los aires ante el aumento de la deuda contraída por la firma asturiana. El grupo de instalaciones industriales Duro Felguera, con sede en Gijón, obtuvo ingresos de 392,91 M€ y un resultado neto de 4,94 M durante el pasado 2019, con una plantilla de 1.546 trabajadores.