El año pasado nos dejó titulares impactantes: Escasez de materias primas. Precios de la energía en máximos históricos. Cuellos de botella en las cadenas de suministro… y parece que algunos de ellos han decidido acompañarnos también en estos primeros meses de 2022. No cabe duda de que en los últimos tiempos se han planteado desafíos importantes para un amplio abanico de sectores y actividades económicas, con un impacto directo – y con efecto dominó– en sus cadenas de valor.
A finales de 2020 comenzó a hacerse patente la creciente escasez de materiales y la escalada de los precios. En el mes de octubre de 2021, la Confederación Nacional de la Construcción presentaba un informe sobre el impacto de esta situación en el sector que revelaba datos tan impactantes como que 3 de cada 4 empresas del sector estaban sufriendo dificultades para recibir materiales. Casi el 76% de ellas experimentó desabastecimiento o tiempos de entrega poco habituales de materias primas. Y casi el 95% acusó un incremento de los precios en sus facturas. La tendencia al alza de los precios industriales siguió al alza durante el último trimestre de 2021, alcanzando en diciembre la mayor subida desde 1976, según datos del INE. Una tormenta perfecta que no tardó en sentirse en las cadenas de suministro globales y a afectar, por ejemplo, a los plazos de realización de obras, al suministro de piezas y materiales o incluso a la paralización de contratos. A esto se suma la desaceleración de la economía china, tan vinculada siempre al precio de las materias primas, y la previsión de estancamiento de la economía global en 2022 y 2023, ya apuntado por el último informe de Perspectivas de la Economía Mundial de Naciones Unidas.
Según el Índice General de Producción Industrial (IPI) en octubre del año pasado se experimentó un retroceso del 3,3% y la producción experimentó su primera caída en 7 meses. Para el Banco de España, el incremento de precios podría trascender y afectar a otros servicios profesionales, al transporte o al comercio, con un impacto estimado de 13.500 millones de euros para este nuevo ejercicio. Según el organismo, el tejido empresarial español prevé que esta situación se prolongue hasta el verano. Si nos centramos en el sector industrial, el 25% augura que se extienda incluso hasta finales de 2022.
Al encarecimiento de las materias primas, que ha afectado especialmente a materiales plásticos básicos como las poliolefinas, el PVC o las resinas plásticas, se suma el encarecimiento de la energía. En los últimos meses hemos observado cómo los costes no dejaban de crecer hasta alcanzar máximos nunca vistos. De hecho, 2021 cerró con unos precios de la energía un 95,5% mayores que el año anterior. Un esfuerzo extra para todos: proveedores, fabricantes, distribuidores, instaladores y clientes finales.
Pero a pesar de vivir tiempos de dificultad, en la industria somos conscientes de que si hay algo que no debemos dejar que sufra es, sin duda, la calidad de nuestros productos y procesos. Mantener los más altos estándares de calidad puede ser un reto, pero hemos demostrado que seguimos apostando por las mejores materias primas, procesos y servicios.
Desde nuestra experiencia, hemos comprobado que en este complejo contexto resulta clave mantener la solidez financiera y la capacidad de compra con el fin de mantener la capacidad de aprovisionamiento adecuada, contando siempre con materiales de la mejor calidad y un plan de compra coherente con los niveles de producción. Este tipo de medidas, junto con una buena planificación, hacen que las cadenas de suministro y provisión de materiales de primera categoría no se vean interrumpidas ni alteradas y permiten, a su vez, garantizar la máxima calidad en la producción.
Estoy convencido de que este compromiso con la calidad y con el servicio seguro dará sus frutos y nos ayudará a seguir avanzando como un sector responsable, capaz de afrontar el futuro con rapidez, agilidad y anticipación.
Estos meses nos han recordado que no debemos bajar la guardia en ningún momento, ni dejar de analizar las lecciones aprendidas. Experiencias que nos permiten seguir mejorando la resiliencia y flexibilidad, actuar con solidez y navegar los momentos de incertidumbre sin perder de vista nuestras metas.
Jorge Barranco, vicepresidente de Aliaxis Iberia