El coloquio sobre construcción industrializada fue celebrado el día de ayer en la feria ePower & Building 2022. En concreto, el encuentro ha profundizado la situación actual de la industrialización en España, su potencial y el impacto que está generando en el mercado este novedoso sistema constructivo. En la conferencia participaron José Luis Fenollosa, director general de Butech (Porcelanosa Offsite), Lorena Alonso, directora técnica de Ávita (grupo constructor Avintia), Pedro Rebollar, socio fundador y director general de Jit Housing (del grupo constructor Viuda de Sainz), y Sandra Llorente, directora general de Lignum Tech (empresa del grupo promotor Vía Agora).
"Actualmente para la construcción industrializada hay dos vertientes. La primera de ellas es la vertiente de la gente que ya ha trabajado con construcción industrializada, ya sean arquitectos, promotores o clientes finales y la segunda son las personas que nunca se han acercado a este tipo de modo de construir, con una resistencia clara al cambio", ha afirmado Lorena Alonso. En su opinión "el sector se enfrenta a este gran reto". Una valoración similar fue la de Pedro Rebollar, para quien "en España hay un acervo muy arraigado en cuanto a la construcción, sobre los materiales a utilizar y el modo de ser realizada". Sin embargo, señaló que "en el momento en que se evidencia que a través de la construcción industrializada se pueden generar viviendas con una calidad óptima y los consumos energéticos tienen una variación beneficiaria para el bolsillo de los compradores, son ellos mismos quienes demandan este tipo de promociones"
Por su parte, Sandra Llorente ha insistido que "no es sólo industrialización, también es el paso previo que hay que realizar para adentrarnos completamente en el mercado. Ya tenemos la digitalización y ahora necesitamos tener formación para los técnicos, necesitamos estandarizar los proyectos y procesos para crear un abanico de posibilidades para el sector. Todo ello para dar confort a todos los agentes, desde el promotor, hasta la dirección de proyecto, los trabajadores y a la constructora". Un juicio que también comparte José Luis Fenolloso: "Nos falta una labor didáctica que aún no ha llegado. Sin embargo, soy optimista, creo que cada día más se pierde el miedo a consultar y si el proyecto se empieza a estudiar desde el principio la parte industrial se optimiza muchísimo más". En cuanto a los clientes, el director general señaló " la educación también es clave implementarla en los compradores, se ha podido visualizar como el concepto de prefabricado daba un mensaje erróneo (que durará poco), pero pienso que esto es una barrera que cada vez más se está rompiendo".
Los ponentes no han querido dejar pasar los principales beneficios de la construcción industrializada "hay muchos elementos que no aportan valor a la construcción tradicional que se pueden eliminar. Por eso, en la construcción industrializada existen procesos de eficiencia en los que se puede llegar a culminar una obra en seis meses antes que en una construcción tradicional" ha puntualizado Lorena Alonso. En este sentido, Pedro Rebollar indica que los precios seguirán siendo muy competitivos debido a "demandas localizadas fuera de las fábricas, en ese caso nos desplazaremos hasta el lugar. Esto lo que ocasionará será una disminución en el coste del transporte, un menor plazo de entrega y una menor huella ambiental".
José Luis Fenolloso también determinó que "los proyectos industrializados están sumamente organizados por parte de los arquitectos, el promotor y la constructora, con lo que en sus plazos puede incluso ser más económico que una construcción tradicional". En cambio, Sandra Llorente se rigió por una vertiente diferente: "Depende de las características de cada edificio o proyecto será beneficioso o no industrializar. Hay que tener en cuenta varios factores como el coste operacional, los plazos, las licencias y el personal. Además, no se puede pensar sólo en números gordos porque los precios tradicionales tienen desviaciones".