El Observatorio de la Rehabilitación Eléctrica de la Vivienda en España (Oreve), creado este mismo año por organizaciones sectoriales, colegios profesionales y entidades vinculadas a la transición energética y la electrificación, ha presentado los resultados del estudio 'La descarbonización del sector residencial en España: el papel de la instalación eléctrica en la vivienda', poniendo el foco en la percepción de las personas propietarias y partiendo del objetivo de la UE de descarbonizar totalmente el sector residencial en 2050, lo que equivale a su plena electrificación. El estudio del Oreve analiza cómo participan los propietarios de este objetivo y el papel de la instalación eléctrica como columna vertebral de la transición energética de la vivienda.
Según el informe, la actualización de la instalación eléctrica en la vivienda sigue siendo la gran olvidada, tanto por las políticas de rehabilitación como por los propietarios. Sin una instalación eléctrica adecuada, asegura el texto, será imposible electrificar los usos energéticos que dependen de combustibles fósiles y que representan el 40% de este consumo energético. El hecho de que sólo un 22,4% de los 26,6 millones de viviendas de España están construidas de acuerdo con el actual Reglamento Electrotécnico para la Baja Tensión, publicado en agosto de 2002, junto con una de las tasas de rehabilitación más bajas de Europa, indican que gran parte del parque residencial español tiene instalaciones eléctricas antiguas y no preparadas para los actuales usos.
La encuesta a propietarios que han llevado a cabo actuaciones en su vivienda en los últimos dos años apunta a un bajo conocimiento de la existencia de ayudas a la rehabilitación por razones de eficiencia energética. El 62% de los propietarios que han invertido menos de 15.000 € en la vivienda no tienen conocimiento de la existencia de las ayudas. Entre las personas que han invertido más de 15.000 €, este desconocimiento es igualmente alto, de un 51%.
Según se puede deducir de los datos de visado de reforma y ampliación de viviendas publicados por el MITMA de 2023, un grueso importante de las personas solicitantes y receptoras de las ayudas de rehabilitación integral dispone, probablemente, de rentas notablemente superiores a la media. El 60% del parque residencial español tiene una superficie que oscila entre los 50 y 90 m2 y el 25% oscila entre los 91 y 150 m2. Las viviendas rehabilitadas, según los datos de visado, tienen un tamaño medio de 108 m2 para aquellas ubicadas en bloques y de más de 135 m2 para viviendas en otro tipo de edificaciones. Los datos de visado de gran rehabilitación que hace públicos el CSCAE, de 2023, indican que en el sector residencial se llevaron a cabo 37.783 rehabilitaciones de viviendas, con un total de 4.541.583 m2 , lo que supone una media de 120 m2 por rehabilitación.
Según el Oreve, es imprescindible analizar si las subvenciones públicas han ido mayoritariamente a propietarios con capacidad económica suficiente para llevar a cabo las actuaciones sin ayudas. De ser así serian pertinentes medidas correctoras, para impulsar la eficiencia energética de las viviendas en los hogares con menor renta. El estudio también aprecia un desconocimiento generalizado de los propietarios respecto a la relevancia de la instalación eléctrica. Sólo un 20% considera que revisar y, en su caso, actualizar la instalación eléctrica una prioridad.
A pesar de su relevancia para una descarbonización efectiva del parque residencial, la instalación eléctrica es secundaria en las actuaciones en la vivienda. En presupuestos menores a 5.000 €, solo en un 14,9% se incluyen actuaciones puntuales en la instalación eléctrica. No obstante, a partir de los 50.000 €la actualización de la instalación eléctrica se generaliza y alcanza el 82,1% de las viviendas. Estos hechos reafirman la necesidad de incluirla en las ayudas a la rehabilitación.
La transición energética de la vivienda favorece al impulso rehabilitador
El concepto de transición energética, muy asumido por la ciudadanía en otros ámbitos como la movilidad o la industria, no forma parte del relato en el sector de la edificación según el Oreve. Por ello el 71,7% de las personas propietarias de viviendas desconoce qué es y qué implica y tan solo un 12,1% lo identifica con el cambio de modelo energético en el hogar.
El 63% de las personas propietarias, antes de tener una idea clara de las implicaciones de la transición energética en sus viviendas, no consideraban importante actualizar la instalación eléctrica y sólo para un 20% era prioritario. Tras explicar el impacto de este cambio de modelo energético en sus hogares, cerca del 60% de los propietarios pasan a considerar actualizar la instalación eléctrica cómo una prioridad.
Además, según el estudio, el argumento de la transición energética en la vivienda se traduce en acción, como lo demuestra que cerca del 80% de los propietarios que conocían este concepto y que habían realizado actuaciones de más de 15.000 euros, actualizaron la instalación eléctrica.
La transición energética, como parte esencial de la descarbonización del sector residencial, es una oportunidad que califican como única para resolver una necesidad endémica de las viviendas en España como es la adecuación de las instalaciones eléctricas, garantizando que estén preparadas para esta transformación y sean seguras para las personas que viven en ellas y sus bienes.
Las recomendaciones del Oreve
En su informe, el Oreve propone una serie de recomendaciones a los diversos actores que han de protagonizar la descarbonización del sector residencial, con el objeto de impulsar la rehabilitación integral, introduciendo el protagonismo necesario a la instalación eléctrica.
Entre otras recomendaciones, se insta a las administraciones públicas a incorporar la transición energética en el relato, visibilizando la instalación eléctrica. Esto significa que sea, de forma explícita, parte relevante de las políticas y las ayudas a la rehabilitación. También recomienda establecer mecanismos de control periódico de la instalación eléctrica en el hogar, como revisiones cada 5 o 10 años dependiendo del grado de electrificación o potencia de estas, a las viviendas de más de 25 años de antigüedad.
Así mismo, para revalorizar el papel de la instalación eléctrica, se propone implementar medidas restrictivas al uso y transmisión de los inmuebles que no cumplan con los requerimientos derivados de la necesaria transición energética o, por ejemplo, obligar que ante la transmisión de inmuebles o en su alquiler, el vendedor o propietario disponga de un informe de un tercero autorizado sobre el estado de la instalación, orientado a la capacidad de la instalación desde la perspectiva de la transición energética y de la seguridad.
Por otro lado, el Oreve recomienda la creación de líneas de crédito público-privadas con baja carga financiera e implementar beneficios fiscales directos para potenciar actuaciones en las viviendas orientadas a la transición energética, que incluyan la actualización de la instalación eléctrica. El informe también destaca la urgencia de simplificar la tramitación y gestión de las ayudas y facilitar el acceso a información.
La organización reclama, además, mayor participación de representantes del sector de la instalación eléctrica en los grupos de trabajo gubernamentales que estudian políticas y regulaciones para favorecer la rehabilitación del sector residencial. El Observatorio destaca la necesidad de llevar a cabo una sólida campaña de comunicación y sensibilización a la ciudadanía para dar protagonismo a la transición energética de la vivienda, liderada por el Ministerio y con la participación de los sectores profesionales implicados.
Por su parte, el Oreve propone una mayor colaboración entre el sector de la rehabilitación de viviendas y el sector eléctrico, a partir de alianzas, así como facilitar herramientas y procedimientos que permitan evaluar, en un primer momento, la capacidad de una instalación y la necesidad de su reforma.
Respecto a las personas propietarias, desde la organización se les recomienda que, ante una actuación relevante en la vivienda, consulten a profesionales cualificados de todos los ámbitos de la rehabilitación, incluyendo instaladores, y que sean exigentes con la información recibida y la contrasten. Desde el Oreve se les recomienda que consideren como una inversión, y no como un gasto, las actuaciones en la vivienda orientadas a favorecer la descarbonización para la mejora de la eficiencia energética y la transición de modelo energético, ya que tienen un impacto directo en la calidad de vida, en el ahorro de la familia y en la revalorización del inmueble.