El grupo siderúrgico Celsa, encabezado por Compañía Española de Laminación, ha aprobado oficialmente una ampliación de capital en metálico de 166 M€. La medida, anunciada hace aproximadamente un mes, se toma con el objetivo de implementar mejoras operativas e incrementar el Ebitda recurrente del conglomerado.
La ampliación se llevará a cabo en dos fases. La primera, de carácter inmediato, es de 81 M€ que se destinarán a inversiones y mejoras en España a través de Barna Steel -propietaria de Compañía Española de Laminación y el resto de filiales-. Los restantes 85 M€ se aportarán en una segunda fase, todavía sin fecha definida, e irán destinados a las inversiones y mejoras en las filiales del grupo en Polonia, Noruega y Gran Bretaña. Esta segunda fase podría ser modificada, ya que Celsa está valorando de la mano de Citi un proceso de venta total o parcial de sus negocios en los tres países.
Mediante estas ampliaciones, Celsa desarrollará un denominado 'Plan de Creación de Valor' -desarrollado de la mano de la consultora Bain & Company- a través de múltiples iniciativas de mejora e inversiones destinadas a incrementar la competitividad de la compañía en áreas estratégicas (comercial, logística, compras, producción o manufacturing), previéndose un "importante retorno" en todas las actuaciones. "Las iniciativas identificadas y definidas conjuntamente por el equipo humano de Celsa y Bain & Company se financiarán gracias a esta ampliación de capital, contribuyendo junto con el programa de inversiones ordinarias a fortalecer el futuro de Celsa", concluyen desde la compañía.
Búsqueda de un socio español
Celsa está controlado desde finales de 2023 por un grupo de fondos de inversión internacionales, liderado por Attestor y SPV, que arrebató la propiedad de la compañía a la familia fundadora, encabezada por Francesc Rubiralta, a través de un proceso judicial. De acuerdo con las cifras aprobadas en la junta del pasado junio, el grupo cerró 2023 con una facturación de 4.765 M€ y un beneficio neto de 459 M€, que la compañía destinó en su totalidad a reservas.
Además de la decisión sobre las posibles desinversiones en su negocio internacional, Celsa todavía tiene pendiente encontrar un socio industrial español que adquiera al menos un 20% del grupo, una medida a la que los nuevos dueños se comprometieron con el Gobierno español para que éste no impidiera el cambio de propiedad mediante la conocida como ley antiopas.
En principio, el proceso debería haberse iniciado el pasado mes de mayo, pero el grupo consiguió del Ejecutivo una prórroga de seis meses, que vence en noviembre, atendiendo, entre otros argumentos, a la elaboración del plan industrial. Entre los candidatos de este proceso, que se está llevando a cabo de la mano de la consultora Houlihan Lokey, han sonado grupos como Megasa, Gonvarri, Cristian Lay o Sidenor, aunque éste último parece perder fuerza con su interés en el fabricante ferroviario Talgo.