La empresa Silicon Valen ya está impulsando la producción local de módulos fotovoltaicos específicos para soportar las condiciones extremas que conlleva el cambio climático, que concatena olas de calor con lluvias torrenciales y vientos huracanados. Estos dispositivos convierten directamente la luz solar en energía eléctrica, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y disminuyendo la huella de carbono.
Las temperaturas extremas que conllevan el calentamiento global han vuelto a ser protagonistas un verano más en nuestro país. En la vida diaria se evidencia el enorme impacto a la hora de tomar decisiones pequeñas para evitar riesgos para la salud o aumentar el consumo de energía para mantener el ambiente fresco. Pero el mismo sol que nos abrasa es parte de la solución para combatir el cambio climático y alcanzar los ambiciosos objetivos de descarbonización de la UE para 2050 con una reducción de emisiones de entre un 80% y un 95% con respecto a las de 1990. La solar fotovoltaica es esencial para alcanzar estos objetivos y su generación se ha incrementado este año un 32,9% respecto a la de julio de 2022.
Marcos J. Lacruz, presidente de la empresa Silicon Valen, señala que “hemos diseñado un módulo fotovoltaico específico para las condiciones meteorológicas de la Península Ibérica, y que además cuenta con un marco de aluminio reforzado que aumenta la durabilidad del producto y disminuye los riesgos de las instalaciones”. Estos paneles solares, específicos para soportar los efectos del cambio climático, pueden mantener una mayor eficiencia en condiciones extremas de calor, lo que significa que pueden generar más electricidad durante los días calurosos. Esto es especialmente importante en áreas donde la radiación solar es alta y las temperaturas también lo son como en España. Además, estos módulos están mecánicamente adaptados para soportar condiciones de viento extremas, preparados para un otoño e invierno de actividad climatológica adversa como los que los científicos anticipan en la Península Ibérica.
La creación de estos módulos adaptados al cambio climático supone un estímulo a la investigación y el desarrollo en el campo de la energía solar. Esto puede llevar a avances tecnológicos globales en la eficiencia y el rendimiento de los paneles solares, lo que beneficia a toda la industria solar. Asimismo, la producción de la empresa Silicon Valen supone un aumento en la creación de empleos locales para la instalación, mantenimiento y fabricación, así como el impulso del crecimiento económico de la zona.