El grupo de ingeniería y bienes de equipo Duro Felguera, controlado por el grupo mexicano Prodi y el portugués Mota-Engil (a través de su filial en México), ha solicitado el preconcurso de acreedores. “Hemos presentado ante los Juzgados de los Mercantil de Gijón la solicitud de comunicación de negociación con acreedores del artículo 585 de la ley concursal, con la finalidad de iniciar una negociación con los acreedores para la aprobación de un plan de reestructuración del grupo, que permita su viabilidad futura y la conservación del mayor número de puestos de trabajo posible”, precisó ayer la firma en un nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esta solicitud, prosiguen desde Duro Felguera, permitirá a la sociedad "el desarrollo de las actuaciones oportunas para la búsqueda de una solución a los litigios que le afectan", particularmente los relacionados con el proyecto de Djelfa en Argelia.
El pasado 25 de noviembre, la CNMV decidió suspender cautelarmente la cotización del grupo después de que la compañía energética argelina Sonelgaz Production d'Electricité (SPE) hubiera solicitado un arbitraje para reclamar a la empresa española una indemnización de 413 M€. La solicitud de arbitraje se produjo después de que Duro Felguera anunciara el pasado mes de junio que suspendía los trabajos del proyecto de la central térmica de ciclo combinado de Djelfa "ante la necesidad de ajustarlo a la realidad concurrente". Este proyecto, cuyo contrato fue firmado en el año 2014 por 544 M€, contemplaba la construcción de una central con cuatro turbinas de gas y dos de vapor, con una potencia de generación de 1.500 MW, en un plazo de 40 meses. Las negociaciones con Sonelgaz han fracasado, lo que ha precipitado los acontecimientos en el grupo nacional.
Duro Felguera avanzó que presentaría antes de este martes su escrito de oposición a la solicitud de arbitraje, "rechazando la reclamación" de Sonelgaz al entender que la suspensión del contrato por parte de la compañía española "es conforme a derecho por los incumplimientos en que ha incurrido". En este contexto, la firma ha decidido aplicar un tratamiento contable "más conservador" al contrato actualmente en litigio, lo que, según adelantó, implicará la dotación de una provisión de unos 100 M€. Esta dotación obligará a reexpresar las cuentas anuales de los ejercicios 2022 y 2023, y a reformular los estados financieros del primer semestre de 2024, aunque el patrimonio neto de la sociedad se mantendrá "positivo a efectos mercantiles", según informó la empresa el 29 de noviembre.
Junto a una deuda comercial de 154 M€, Duro Felguera tiene préstamos y líneas de avales con bancos, entre los que se encuentran Santander o Sabadell, además de una deuda de 126 M€ con Sepi y el Principado de Asturias. En total, el pasivo del grupo alcanza los 326 M€. Según la última información publicada, Duro Felguera perdió en el primer semestre de este año 26,3 M€, frente a las ganancias de 1,6 M€ registradas en el mismo periodo del año pasado, pese a que la cifra de negocio subió un 11,4% hasta 157 M€.
Eduardo Espinosa, nombrado presidente de Duro Felguera hace aproximadamente un mes en sustitución de Jaime Isita, que fue designado para dicho puesto con la entrada de Prodi pero que ha quedado finalmente como vicepresidente, ha enviado una carta a los empleados para explicar el paso dado por la compañía en los juzgados. "La presentación no implica el cierre de nuestra compañía, ni constituye el inicio del concurso de acreedores. Supone la apertura formal de una ventana de negociación con los distintos acreedores en un marco legal que permite a la compañía proteger sus activos y contratos con el objetivo de suscribir un plan de reestructuración”, afirma en ella. Según el directivo mexicano, los objetivos inmediatos durante esta fase concursal serán “elaborar un plan de reestructuración que cuente con el respaldo de los acreedores, construir un proyecto de futuro sólido y cuidar las relaciones con los clientes”.