La construcción es la mayor pagana de la crisis en España. Aquí, la edificación residencial está prácticamente reducida a un tercio de la actividad de hace apenas un año y su recuperación no se espera hasta 2011. A pesar del propagandístico Plan de Inversión Local, que realmente sólo supone una subida del 15% del presupuesto de licitación de la Administración, la obra pública únicamente se mantiene estable. Además, la crisis crediticia y bursátil han dejado en un segundo plano anteriores estrategias de “pelotazos” financieros. Así, las grandes constructoras están apostando por viajar a los mercados exteriores, reforzar su negocio de servicios e invertir en las prometedoras energías renovables. Frente a la vieja idea de que la construcción viaja mal, ahora toca salir fuera.